Meta accede a que los usuarios europeos puedan limitar la publicidad personalizada en Facebook e Instagram

En medio de la presión ejercida sobre las grandes plataformas digitales estadounidenses, la Comisión Europea ha conseguido que Meta acepte un nuevo compromiso que permitirá a los usuarios de la UE limitar la publicidad individualizada en Facebook e Instagram.

El Ejecutivo comunitario anunció que, a partir de enero de 2026, los usuarios europeos podrán optar por una experiencia publicitaria con menos uso de sus datos personales, cumpliendo así con lo establecido por la Ley de Mercados Digitales (DMA). Se trata de la primera vez que la red social de Mark Zuckerberg ofrece esta alternativa, que se suma a la tradicional opción de aceptar la publicidad totalmente personalizada o suscribirse a un plan de pago para eliminarla.
Una “tercera alternativa” híbrida
Según fuentes de Bruselas, el acuerdo con Meta constituye una “tercera alternativa” que sitúa al gigante tecnológico en una zona intermedia entre las dos opciones anteriores. Esta modalidad permitirá a la compañía utilizar una menor cantidad de datos personales con fines publicitarios, lo que representa un paso importante para garantizar un control efectivo por parte de los ciudadanos sobre su experiencia en línea.
La medida responde a la exigencia de la DMA de ofrecer a los usuarios una elección plena y efectiva, evitando prácticas intrusivas sin su consentimiento explícito. La Comisión recordó que, en abril, concluyó que Meta no estaba cumpliendo plenamente sus obligaciones bajo la DMA, lo que llevó a la imposición de una multa de 200 millones de euros.
Una vez que la opción esté disponible, la UE solicitará comentarios y pruebas a Meta y a otras partes interesadas para evaluar el impacto y la aceptación del nuevo modelo publicitario.
El acuerdo llega en un contexto de crecientes tensiones transatlánticas relacionadas con la legislación digital europea. Washington ha expresado su descontento tanto con la DMA como con la Ley de Servicios Digitales (DSA), tras la reciente sanción de 120 millones de euros impuesta a X (antes Twitter) por falta de transparencia en su repositorio de anuncios, el acceso a datos para investigadores y el diseño engañoso del “blue check”.
El propietario de X, Elon Musk, respondió con críticas virulentas, comparando a la UE con un régimen nazi y acusándola de censura. Funcionarios estadounidenses, entre ellos el senador Marco Rubio y el embajador Andrew Puzder, calificaron la multa como un ataque contra las plataformas tecnológicas estadounidenses y un ejemplo de regulación excesiva de la UE.
La administración del expresidente Donald Trump, aunque ya no en el poder, había manifestado su oposición a la censura y a las regulaciones onerosas que afectan a las empresas estadounidenses en el extranjero, exigiendo un comercio justo y recíproco.
En respuesta, una portavoz de la Comisión Europea defendió la libertad de expresión, señalando que la publicación de opiniones controvertidas, como las de Musk, forma parte de los valores que Europa protege.

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