Decenas de miles de soldados y el potente misil Oréshnik: así son las maniobras con las que Rusia desafía a la OTAN este viernes

Un amplio contingente de las Fuerzas Armadas rusas ya está desplegado en Bielorrusia, a las puertas de Europa, para iniciar a partir de este viernes una serie de maniobras que, según Moscú, no pretenden ser una amenaza contra la OTAN. El ejercicio Zap 2025 incluirá la puesta a punto del misil balístico “Oréshnik”, considerado más peligroso que los drones que Moscú empleó este miércoles para probar las defensas de la Alianza Atlántica en territorio polaco.

Detalles de los ejercicios Zap 2025

Los ejercicios Zap, organizados desde 2009 y celebrados cada cuatro años, son los más complejos de la agenda militar conjunta entre Rusia y Bielorrusia. La edición de 2025 está programada del 12 al 16 de septiembre. El Ministerio de Defensa bielorruso indica que participarán aproximadamente 13 000 militares y decenas de aeronaves, aunque la inteligencia occidental sospecha que el número real podría superar los 150 000 efectivos. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha advertido que el despliegue ruso en suelo bielorruso podría alcanzar esa cifra.

En la última edición de Zap 2021, Moscú anunció la presencia de 12 800 combatientes “activos”, pero posteriormente reconoció que el contingente total rondó los 200 000, aunque sin detallar las tareas específicas que realizaban.

Para contrarrestar la creciente tensión, Polonia y Letonia cerrarán su espacio aéreo a lo largo de sus fronteras con Rusia y Bielorrusia, y Varsovia reforzará su presencia militar con el despliegue de 40 000 soldados durante el periodo de las maniobras.

El alto mando ruso observará con especial atención el desempeño de sus Tropas de Misiles de Designación Estratégica, es decir, las fuerzas nucleares del Kremlin. El ministro de Defensa bielorruso, Viktor Jrenin, adelantó en agosto que el misil balístico Oréshnik tendrá un papel protagonista.

Características del misil Oréshnik

  • Versión modificada del misil intercontinental RS‑26 Rubezh.
  • Alcance estimado de 2 000 a 5 000 km, lo que le permite alcanzar objetivos en Europa sin infringir el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF).
  • Capaz de portar ojivas nucleares o convencionales.
  • Velocidad de re‑entrada de aproximadamente 12 300 km/h.

El Oréshnik representa una nueva amenaza para la seguridad europea, ya que su diseño permite golpear a distancias más cortas que el Rubezh, manteniendo la capacidad de entrega de carga nuclear o convencional.

Los drones que sobrevolaron Polonia este miércoles alcanzaron velocidades de 190 km/h; las autoridades polacas confirmaron que derribaron al menos tres de los 19 vehículos aéreos no tripulados que penetraron su espacio aéreo. Ucrania, que diariamente recibe entre un centenar y medio mil drones y misiles hipersónicos, suele reportar tasas de intercepción que varían entre el 50 % y el 100 %.

Los medios estatales rusos y sus blogueros pro‑guerra celebraron discretamente lo que describen como un “fracaso” de la defensa antiaérea de la OTAN. Al mismo tiempo, intentan desvirtuar la acción atribuyéndola a un supuesto ataque de bandera falsa por parte de Kiev o a una interferencia de la guerra electrónica ucraniana.

“De no ser por la alerta de los bielorrusos, los polacos podrían haber ignorado por completo el vuelo de los drones hacia su territorio”, afirmó el bloguero militar Alexander Kots, que cuenta con más de medio millón de seguidores en Telegram. “Sería acertado destruir el aeródromo polaco de Rzeszów, como Israel hizo en Doha”.

El aeródromo de Rzeszów es un nodo logístico clave para la ayuda militar que Occidente envía a Ucrania. Según el diario alemán Bild y la revista Der Spiegel, varios drones rusos tenían como objetivo ese punto estratégico.

Analistas militares rusos consideran factible un enfrentamiento con la OTAN en el futuro. Una fuente cercana al Ministerio de Defensa ruso declaró que el presidente Vladimir Putin busca revertir los resultados de la Guerra Fría y devolver a Rusia el estatus de “gran potencia”, con el objetivo de restablecer su esfera de influencia y el derecho a imponer condiciones en el este de Europa.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió en junio que Rusia podría estar preparando una confrontación con la Alianza a partir de 2030. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos estima que la amenaza militar será significativa desde 2027.

Los ejercicios Zap tienen su antecedente en los Zap soviéticos, que también involucraban a las repúblicas bálticas y Ucrania bajo el control de Moscú. Las maniobras más extensas se llevaron a cabo en 1981, con cerca de 150 000 soldados del Pacto de Varsovia, y la OTAN sospechó entonces que podían ser una tapadera para una invasión de Polonia.

En la actualidad, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania están bajo la protección del pacto atlántico, mientras que el régimen de Alexander Lukashenko en Bielorrusia sigue alineado con Moscú. Tras las protestas por el fraude electoral de 2020, Lukashenko facilitó a Rusia el uso de su territorio como plataforma para la invasión de Ucrania, aunque ha evitado participar activamente en el conflicto.

Lukashenko, en el poder desde 1994, ha intentado diversificar sus relaciones internacionales, manteniendo contactos con los gobiernos de Joe Biden y Donald Trump. Recientemente, el presidente bielorruso liberó a 52 presos políticos en un gesto de conciliación, entre los que se encuentran el opositor Nikolai Statkevich y el filósofo Vladimir Matskevich. Según la ONG bielorrusa Viasna, premiada con el Nobel de la Paz en 2022, aún permanecen 1 177 presos políticos en el país.

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