Dinero fácil, emojis y amenazas: cómo el crimen organizado recluta niños en Bélgica

El objetivo de los llamados “uithalers” –término neerlandés que significa extractores– es sacar la cocaína de los contenedores lo más rápido posible sin ser detectados. Una vez que la droga llega al puerto, se camufla entre la enorme cantidad de mercancías legales o se oculta en los barcos de la terminal. Los jóvenes reclutados se encargan de saltar vallas, pasar noches dentro de contenedores equipados con baños improvisados, sacos de dormir y comida, y en ocasiones esperan días completos antes de poder extraer el cargamento.

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Reclutamiento de menores en los puertos de Amberes y Rotterdam

En los puertos de Amberes (Bélgica) y Rotterdam (Países Bajos), los más grandes de Europa, las autoridades han detectado un aumento alarmante del uso de menores de edad para estas tareas. Según An Berger, portavoz de la Policía Federal de Bélgica, “la mayoría son belgas o neerlandeses y tienen entre 18 y 30 años, pero también hay muchos menores”.

Durante los últimos meses se ha registrado un fuerte incremento de detenciones en Amberes, la segunda ciudad portuaria más importante del continente y principal puerta de entrada de cocaína a Europa. En 2024 se arrestaron 100 recolectores; 16 de ellos tenían menos de 18 años. Hasta la fecha, el número de detenidos supera los 200, de los cuales 40 eran menores según los datos oficiales más recientes.

La abogada defensora Chantal van den Bosch, que lleva más de tres décadas trabajando en la ciudad belga, señala que “cada vez vemos a menores de 13, 14 o 15 años involucrados en la extracción y venta de droga”. “A veces les digo en broma a los policías que deberían tener un rincón con ositos de peluche”, comenta, subrayando la vulnerabilidad de estos jóvenes.

Entre 2019 y 2024 Bélgica ha incautado más de 500 toneles de cocaína, la mayor cantidad registrada por cualquier país europeo en ese período. Los uithalers son una pieza clave en la cadena del narcotráfico, pues permiten que la droga se mezcle con el flujo de mercancías legales y evada los controles portuarios.

Los reclutadores utilizan principalmente redes sociales y aplicaciones de mensajería efímera, como Snapchat y Telegram, para contactar a potenciales candidatos. Europol ha advertido que los grupos criminales emplean un estilo propio de los influencers, con memes, emojis y referencias a “misiones” o “videojuegos”, para hacer más atractiva la oferta.

Factores como la necesidad de pertenencia, la falta de oportunidades económicas y la percepción glamorosa del estilo de vida delictivo influyen en la decisión de los jóvenes. En el segundo trimestre de 2024 el desempleo entre los 15‑24 años en Bélgica alcanzó el 14,5 %, frente al 5,9 % de la población general.

Principales redes criminales involucradas

  • Bandas de origen albanés.
  • Grupos neerlandeses.
  • Bandas belgomarroquíes.

Estas organizaciones están apostando cada vez más por el reclutamiento de menores, ya que, según Europol, “el uso de jóvenes reduce el riesgo de que los miembros sean identificados y permite que las redes operen con menos encuentros presenciales”.

En Bélgica los menores no pueden ser enviados a prisión; en su lugar son remitidos a centros de reinserción, lo que los convierte en “reemplazables” a los ojos de las organizaciones delictivas. “Cuando detienen a uno, hay otros diez esperando”, lamenta van den Bosch.

Los pagos varían según la función. Un vigilante puede percibir entre 100 y 150 euros diarios, mientras que un uithaler llega a ganar varios miles de euros por operación. Un ex‑recolector neerlandés declaró a la cadena de televisión NOS que recibió 40 000 euros por un solo cargamento, aunque fue condenado a seis meses de prisión tras ser capturado en Bélgica.

En algunos casos la oferta se reduce a regalos materiales, como una PlayStation o un teléfono móvil, pero la promesa de “dinero fácil” y el estatus asociado son los principales motivadores. Una vez dentro de la red, los jóvenes suelen ser amenazados o intimidados para impedir que abandonen la actividad.

El método de los “contenedores de Troya” –en el que los uithalers se introducen en contenedores vacíos y permanecen allí durante días esperando la señal de un trabajador del puerto– representa uno de los riesgos más extremos. En diciembre de 2023 seis recolectores fueron rescatados en Amberes después de quedar atrapados durante una semana; en enero de 2024 se hallaron 19 personas, entre ellas seis menores, en un contenedor similar en Rotterdam.

Los últimos comunicados de la policía de Amberes describen casos como el de tres adolescentes de 15, 16 y 17 años detenidos el 5 de noviembre con una navaja mariposa, una balanza, bolsas herméticas y drogas ocultas en la ropa interior, o el arresto de otro menor dos días después con 22 dosis de cocaína y 800 euros en efectivo.

Van den Bosch insiste en la necesidad de políticas de prevención que ofrezcan alternativas reales a los jóvenes, pues “no podemos darnos por vencidos” ante la creciente penetración de las organizaciones criminales en la población juvenil de los puertos europeos.

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