El dia que Barcelona es va començar a morir a la Boqueria
Los últimos datos publicados por los Transportes Metropolitanos de Barcelona indican que, en los últimos cinco años, se han registrado 91 intentos de suicidio en el metro de la ciudad, de los cuales 31 se han consumado. Por otro lado, la organización Justícia Alimentària ha revelado que, de los 39 mercados municipales de Barcelona, 32 están bajo el control de una cadena de supermercados, lo que supone una privatización de un servicio público esencial a través de la competencia directa en el mismo espacio.
El libro que rescata la memoria de Ramon Cabau
Ambas estadísticas, la tragedia de los suicidios y la "muerte" de los mercados, encuentran un punto de convergencia en la nueva publicación de Marc Casanovas, Una ópera gastronómica. Vida y muerte de Ramon Cabau, ánima de la Boquería. En ella, el autor rescata la figura del chef y pensador gastronómico Ramon Cabau, considerado el precursor de la cocina de proximidad en Cataluña, cincuenta años antes de que el concepto se popularizara.
Cabau, que había convertido la Boquería en un símbolo de la cultura gastronómica catalana, se quitó la vida en público el 31 de marzo de 1987, frente a la concurrida plaza del mercado. Su suicidio, realizado en medio del bullicio diario del puesto, marcó un punto de inflexión en la historia del emblemático recinto, que desde entonces ha sido objeto de críticas por su degradación, turistificación y los elevados costos de licencias que favorecen a inversores externos.
El libro destaca cómo la Boquería ha pasado de ser un espacio de intercambio comunitario a un escenario dominado por intereses comerciales. Según el escritor, “la Boquería es un símbolo de la deshumanización de Barcelona”, una afirmación que refleja el escepticismo de muchos vecinos ante los intentos de “rehabilitar” el mercado sin abordar su pérdida de identidad.
Casanovas señala que la ciudadanía ha ido borrando de su memoria la importancia de los mercados municipales, relegándolos a la misma categoría que bibliotecas, escuelas o centros de salud, que sí se defienden con ahínco. La muerte de Cabau, descrita como una “muerte socrática”, se entrelaza con la decadencia del propio mercado, creando una narrativa donde lo personal y lo colectivo se funden.
El legado de Cabau, según el autor, trasciende su figura y se refleja en la manera en que la gastronomía puede ser un acto de activismo dentro de un sistema capitalista. Su influencia se compara con la de artistas como Rusiñol, Dalí, Xirinacs y Gaudí, y su visión sigue vigente: “El mundo no morirá de hambre, quizá de envidia, pero no de falta de comida”.
Con la publicación de la biografía, Casanovas pretende devolver a la memoria colectiva a un personaje que, aunque casi olvidado tras los Juegos Olímpicos, sigue siendo clave para comprender la relación entre la cultura alimentaria y la identidad urbana de Barcelona. El libro invita a los lectores a revivir la Boquería a través de la memoria de Cabau, recordando que la verdadera recuperación del mercado pasa por su gente, su historia y su compromiso con la gastronomía local.
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