El Gobierno encapsula la tensión de Yolanda Díaz con Junts para proteger las siguientes negociaciones
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, volvió a encender la polémica en el Hemiciclo al lanzar críticas directas contra Junts per Catalunya. En su intervención acusó al partido de “defender los intereses de los sectores más reaccionarios de la patronal española” y de favorecer a empresarios que “se están forrando”, mientras señalaba que la reducción de la jornada laboral beneficiaría a los votantes independentistas, que son trabajadores.
El discurso generó una serie de reacciones dentro del Ejecutivo. La mayoría de los diputados del PSOE aplaudió la postura de Díaz, en especial los que forman parte de la coalición Sumar, que consideran que su discurso refleja la línea ideológica que muchos sectores de la izquierda esperaban. En contraste, la cúpula del Gobierno, encargada de las negociaciones con los independentistas, mostró señales de alarma. Algunos ministros temían que el tono combativo pudiera complicar las conversaciones en curso sobre la reforma laboral y otras pactos parlamentarios.
Reacciones dentro del PSOE y Sumar
Tras la intervención de Díaz, la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, tomó notas y consultó a varios diputados antes de responder. La situación provocó nerviosismo entre los socialistas, que consideraron que la líder había arriesgado demasiado. Sin embargo, al concluir el debate, Nogueras no amenazó con romper la relación, sino que invitó a Díaz a seguir negociando para futuras reformas. La vicepresidenta aceptó la invitación y, según informó la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en Radio Nacional de España, “seguiremos dialogando con Junts; sin su voto no hubiéramos podido aprobar las 24 leyes que hemos sacado adelante en esta legislatura”.
Desde Sumar se valora positivamente el enfoque de Díaz, que habría demostrado que es posible criticar a Junts cuando vota en contra del Gobierno sin poner en riesgo la alianza. Según sus portavoces, el debate mostró que se puede mantener un discurso ideológico fuerte y, al mismo tiempo, preservar la mayoría parlamentaria, recordando a Junts que sus votos contrarios pueden tener un coste político.
Los ministros socialistas, encabezados por Félix Bolaños, continúan trabajando para mantener la relación con Junts, pese a la caída de Santos Cerdán, principal interlocutor del partido catalán. Las negociaciones siguen abiertas y se apoyan en encuentros bilaterales, como los que mantienen José Luis Rodríguez Zapatero con Carles Puigdemont y los diálogos entre Bolaños y Nogueras en Suiza, centrados en temas como la amnistía, la transferencia de competencias de inmigración y la posición del catalán en Europa.
El Ejecutivo también busca persuadir a los independentistas para que apoyen la senda del déficit, el primer objetivo de los Presupuestos, aunque reconoce que la falta de una amnistía completa –que permitiría a Puigdemont regresar a España sin riesgo de prisión– dificulta el avance de la agenda.
Por su parte, el Partido Popular (PP) confía en que Junts mantenga su alineación con la formación en cuestiones económicas, donde ambas partes comparten posiciones. En los últimos debates, el PP y Vox han unido fuerzas con Junts para bloquear iniciativas del Gobierno, como la reforma del objetivo de estabilidad presupuestaria y el impuesto a las eléctricas, y han respaldado propuestas de reducción fiscal para pymes y autónomos impulsadas por los catalanes.
El vicesecretario de Hacienda del PP, Juan Bravo, aprovechó la ocasión para criticar al Gobierno, afirmando que “la mayoría parlamentaria de la que hablan no existe”. En tanto, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, describió a Junts como una “formación política conservadora” en una entrevista en Onda Cero.
El secretario general del PP, Miguel Tello, sostuvo en El Periódico que el partido se “entiende con Junts, que es de centroderecha”, y señaló que, en materia económica, el PP ha encontrado puntos de encuentro con los catalanes. Sin embargo, también recordó la iniciativa de enero de 2024 del PP para ilegalizar partidos que promuevan la independencia o referéndums ilegales, medida que afectaría directamente a Junts.
Las tensiones entre el PP y el PNV se han intensificado tras un intercambio en la red social X entre el presidente del partido jeltzale, Aitor Esteban, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el que Esteban acusó a Feijóo de utilizar una estrategia “bendecida” por el líder del PP.
Vox, por su parte, intenta distanciarse de la alianza entre PP y Junts, argumentando que no mantiene contactos secretos con los catalanes y que cualquier coincidencia es circunstancial. La portavoz parlamentaria del partido, Pepa Millán, reiteró que sus contactos con Junts fueron públicos y que no existen negociaciones encubiertas.
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