¿Qué tejidos se pueden regenerar con células madre?
Las células madre pluripotentes inducidas (iPSC) poseen la capacidad teórica de diferenciarse en cualquier tipo celular del organismo, siempre que el microambiente que las rodea reproduzca las condiciones específicas de desarrollo. Sin embargo, la práctica es mucho más compleja: los tejidos de los animales están formados por una gran variedad de células con funciones distintas, lo que dificulta su aislamiento y manipulación ex‑vivo.
Para que una iPSC se convierta en una célula especializada, proceso conocido como diferenciación, es necesario recrear un microambiente que imite fielmente el entorno fisiológico del tejido de destino. Estos microambientes son difíciles de reproducir con la tecnología disponible actualmente.
Estado actual de la investigación y aplicaciones clínicas
Hasta la fecha, el uso de iPSC para reparar o sustituir tejidos dañados se mantiene en fase experimental. Uno de los campos más estudiados es el del corazón, un órgano extremadamente complejo que contiene múltiples tipos celulares: miocitos contractiles, células marcapaso, endoteliodes de los vasos, fibroblastos, neuronas y, en menor medida, iPSC residentes. La regeneración completa del tejido cardíaco requeriría la generación simultánea de todos estos componentes, algo que la tecnología actual aún no permite.
Situaciones similares se observan en otros tejidos. La investigación ha avanzado en la aplicación de iPSC y de sus derivados, como exosomas y microvesículas, así como en terapias génicas e ingeniería de tejidos. Todos estos productos se agrupan bajo la denominación de “medicamentos de terapias avanzadas”. Aunque se han obtenido resultados modestos en la reparación de diversos órganos, todavía no existe un tratamiento consolidado comparable a la prescripción de un fármaco convencional.
En la práctica clínica, solo tres terapias avanzadas están plenamente autorizadas en España: la utilización de condrocitos para reparar cartílago, células del ligamento corneal y piel ingenierizada. Cada uno de estos productos debe ser aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y su uso está restringido a centros especializados que demuestren competencia en su manejo.
Adicionalmente, algunos pacientes han recibido estos tratamientos dentro de ensayos clínicos o mediante uso compasivo, modalidad que permite la administración de terapias aún no aprobadas a pacientes con enfermedades graves sin opciones terapéuticas.
Las expectativas iniciales sobre la medicina regenerativa fueron muy altas, y aunque el potencial es indudable, la realidad clínica aún está lejos de cumplir esas promesas. Los avances continúan, pero la incorporación rutinaria de iPSC en la práctica médica diaria requiere superar importantes retos técnicos y regulatorios.
María Eugenia Fernández Santos, directora técnica de la Unidad de Producción de Medicamentos de Terapia Avanzada y Medicina Regenerativa y del Laboratorio de Investigación Traslacional en Cardiología del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón, ha contribuido a la elaboración de este artículo.
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