El curso escolar comienza con los móviles casi desterrados de las aulas: así queda en cada autonomía
Los teléfonos móviles quedan prohibidos en los centros escolares de todo el país a partir del curso 2025‑2026. Las Comunidades Autónomas han decidido que, salvo excepciones estrictamente pedagógicas y bajo la supervisión del profesorado, no se permitirá su uso en los centros educativos no universitarios financiados con fondos públicos.
El paso siguiente, que genera mayor debate entre las regiones, será la regulación del uso de tabletas y ordenadores portátiles. Según un estudio realizado por TBS‑Barcelona con datos del INE, el 70 % de los menores de entre 10 y 15 años dispone de un teléfono móvil, y la cifra alcanza el 96 % entre los adolescentes de 15 años.
Regulación autonómica del uso de dispositivos móviles
El Consejo Escolar del Estado aprobó por unanimidad en enero de 2024 la prohibición de los móviles en las aulas, lo que desencadenó la puesta en marcha de normativas autonómicas en aquellas comunidades donde no existían previamente.
Castilla‑La Mancha fue la primera en actuar, al prohibir en 2014 el uso de teléfonos y cualquier otro dispositivo de comunicación en los centros escolares mediante la Ley de Protección Social y Jurídica de la Infancia y la Adolescencia, permitiendo su uso únicamente cuando estuviera previsto en el proyecto educativo del centro.
Le siguió Galicia, que desde 2015 vetó su uso en clase y, a partir del año pasado, extendió la prohibición a los recesos, comedor y actividades complementarias. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, anunció la preparación de una Ley de Educación Digital que permitirá el uso colectivo de dispositivos hasta cuarto de primaria y el uso individual a partir de quinto de primaria.
Murcia fue la siguiente en reglamentar el uso de móviles, prohibiéndolos durante la jornada escolar desde el curso 2020‑2021. A partir de 2025‑2026, los alumnos de Educación Infantil y Primaria no podrán trabajar individualmente con dispositivos digitales, y los docentes no deberán asignar deberes que requieran su uso fuera del horario lectivo.
Cataluña ha endurecido su normativa: los alumnos de ESO ya no podrán usar móviles, ni siquiera con fines educativos, y tampoco podrán llevar relojes inteligentes.
En Castilla y León el uso del móvil está permitido solo para fines estrictamente educativos, según una norma de 2007 que regula todos los aparatos electrónicos en el entorno escolar.
Andalucía, Aragón, Canarias, la Comunidad Valenciana y Extremadura prohíben los smartphones durante toda la jornada, permitiendo su uso únicamente cuando esté recogido como objetivo didáctico en el proyecto educativo del centro.
Baleares y Murcia han regulado también el empleo de tabletas y portátiles. Baleares ha incorporado en sus currículos una prohibición total del uso de pantallas digitales en Infantil y hasta cuarto de primaria, y limita a una hora semanal el uso en quinto y sexto de primaria. Murcia, por su parte, ha lanzado la Estrategia Digital “Libre”, que recomienda una hora diaria de uso de tabletas o portátiles en Primaria y dos horas diarias en ESO. El plan, vigente desde este viernes, establece que “los dispositivos no deben ser meros sustitutos del libro de texto ni usarse para la simple visualización prolongada de vídeos sin un propósito educativo claro” y prohíbe aplicaciones tipo videojuego que puedan generar dependencia.
Asturias y Cantabria han decidido que Infantil y Primaria sean espacios libres de dispositivos móviles; en la etapa superior, su uso está limitado a fines educativos. Prohíben su presencia en pasillos, patios y otras zonas comunes y exigen que, salvo casos excepcionales, los dispositivos permanezcan apagados desde la entrada hasta la salida del centro.
Ceuta y Melilla aplican la misma regla, prohibiendo que los alumnos lleven aparatos digitales a los colegios y permitiendo su encendido solo en los institutos bajo supervisión.
El País Vasco adopta una postura menos restrictiva: cada centro debe establecer sus propias medidas para regular el uso de móviles y relojes inteligentes durante la jornada. En Primaria, el 85 % de los centros prohíbe su uso absoluto, mientras que el 15 % lo permite con fines pedagógicos; en la ESO, la mayoría de los centros autoriza su uso con fines didácticos.
La Rioja permite el uso de dispositivos solo con fines didácticos bajo la supervisión del docente y de acuerdo con el reglamento interno de cada centro.
Navarra está a punto de publicar un nuevo Decreto Foral de Convivencia que sustituirá al vigente desde 2010. Por primera vez, el texto regulará la presencia de dispositivos tecnológicos en las aulas. No se prohibirá su uso, pero sí se limitará y excluirá cuando no esté debidamente justificado en los proyectos educativos de cada centro, según informa Amaia Otazu.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte que el uso de smartphones en clase disminuye la atención tanto del estudiante como de sus compañeros. En su informe “Impacto del uso de dispositivos en el sistema educativo” se señala que su presencia en los recreos se asocia a una menor actividad física, menor interacción cara a cara y mayor riesgo de ciberacoso.
María Angustias Salmerón Ruiz, pediatra especialista en adolescencia y miembro del Comité de Promoción de la Salud de la AEP, explica que la incorporación de pantallas en la educación pretende desarrollar competencias digitales, pero “para que el niño pueda asimilarlas y transferirlas a la vida real, necesita experiencias fuera de la pantalla, donde la riqueza de estímulos es mayor”. El comité recomienda enseñar conceptos como pensamiento computacional, protección de datos, alfabetización mediática o reflexión ética mediante dinámicas grupales, juegos de estrategia, materiales manipulativos, debates y simulaciones, sin depender exclusivamente de dispositivos electrónicos.
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