El PSOE reconoce la gravedad de la conducta de Salazar, pero afirma que no ha podido hablar con él en cinco meses

La dirección del PSOE ha reiterado que no ha encubierto a Francisco Salazar ni a otros dirigentes señalados en los casos de acoso que, sumados a la serie de escándalos de corrupción –desde la UCO en la SEPI hasta irregularidades en Correos y en los ministerios de Hacienda y Transición Ecológica–, han sumido al partido en una de sus crisis más graves desde que accedió al Gobierno.

“Ni yo ni nadie ha intentado ocultar ni tapar ningún caso”, afirmó Rebeca Torró, secretaria de Organización del PSOE, en su primera rueda de prensa desde que fue nombrada en el Comité Federal el 5 de julio, fecha en la que Salazar también debía formar parte del equipo. “Me gustan las críticas y las opiniones de mis compañeros, porque nos hacen mejores”, añadió la funcionaria, que respondió a los interrogantes de dirigentes de varias federaciones y a miembros de la Ejecutiva Federal.
Medidas adoptadas contra los implicados
Según la Oficina Antiacoso, se ha citado a Salazar en varias ocasiones durante los últimos cinco meses sin lograr contactar con él, según fuentes de la cúpula socialista. La secretaria de Organización ha comunicado que la conducta de Salazar constituye “una falta muy grave” prevista en los Estatutos Federales y “una conducta contraria al código ético”. Aunque Salazar ya había dado de baja su militancia, la dirección ha decidido que su falta quede constancia en el registro del censo y que no podrá volver a darse de alta automáticamente.
En el caso de Antonio Hernández, quien dejó su cargo en el Gobierno el pasado fin de semana bajo sospecha de haber encubierto los hechos denunciados contra Salazar, el PSOE ha abierto un expediente informativo con el objetivo de recabar la información necesaria y esclarecer los presuntos hechos.
Asimismo, Torró ha decidido iniciar de oficio un expediente informativo contra Javier Izquierdo, quien dimitió el jueves por la tarde de su cargo en la dirección socialista sin ofrecer explicaciones y en medio de la oleada de casos de acoso que afecta al partido gobernante. “Recibimos su renuncia voluntaria por motivos familiares y profesionales, pero luego vimos que podían estar relacionados con un posible caso de acoso mediático”, explicó la responsable de Organización. “No hemos recibido ninguna denuncia formal contra él, pero al aparecer información al respecto, hemos abierto el expediente para esclarecer los hechos”. La apertura del expediente no implica la suspensión de Izquierdo como militante; él presentó su renuncia en la Cámara Alta este mediodía.
Torró ha ofrecido, tanto en nombre del PSOE como personalmente, disculpas a las víctimas por no haber respondido “a la altura” de sus expectativas. “Fallamos en la comunicación con ellas y eso generó dudas legítimas sobre el procedimiento. Nunca debió ser así”, reconoció. Por motivos legales, no ha podido entrar en detalle sobre el contenido del informe contra Salazar.
El partido mantiene la posición anunciada por Pedro Sánchez: no presentará denuncias de oficio ante la Fiscalía, pero ofrecerá todo el respaldo jurídico a aquellas mujeres que decidan emprender acciones legales. “Las denuncias que se presenten contarán con acompañamiento psicológico y con la garantía de que su anonimato se respetará mientras no decidan revelar su identidad”, subrayó Torró.
La Federación de Asturias, que había convocado una reunión telemática de urgencia con las responsables autonómicas y portavoces del área, también ha recordado el protocolo interno del PSOE frente al acoso. Este establece que, en casos de denuncia procedente que pudiera constituir delito, el asunto será remitido al Ministerio Fiscal para que valore la posible querella.
Pedro Sánchez, en una intervención en el Congreso, reiteró que el paso a la Fiscalía solo puede producirse si las denunciantes deciden revelar su identidad, ya que la legislación obliga a que sean ellas las que decidan si quieren o no llevar el asunto a la justicia.
Francisco Salazar, colaborador cercano de Pedro Sánchez desde la campaña de primarias que llevó a la reelección del secretario general en 2017, había desempeñado un papel clave tanto en la dirección del partido como en la Moncloa. Su salida de la Ejecutiva Federal, donde era responsable de Análisis Electoral y estaba a punto de ser ascendida a uno de los tres puestos de confianza de Torró, ha generado una profunda inquietud dentro del PSOE.
Los líderes territoriales califican la gestión del caso como “nefasta” y critican la falta de relevancia que se le dio al escándalo, que estalló en julio. La percepción de que Salazar ejercía una influencia “en la sombra” sobre la dirección del partido alimenta la desconfianza entre los miembros de la cúpula federal.
Pedro Sánchez ha aceptado “en primera persona” el error de no haber contactado directamente a las víctimas de Salazar, pero ha asegurado que no hubo “connivencia”. “El feminismo nos da lecciones; la primera la recibo yo. Pedimos perdón y actuamos”, declaró el presidente del Gobierno durante un homenaje a Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT, pocas horas antes de que se conocieran nuevas acusaciones de acoso contra José Tomé, presidente de la Diputación de Lugo y secretario provincial.

Deja una respuesta