La UE responde a la estrategia de Trump de impulsar a los ultras: La amenaza de interferencia política es inaceptable

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, denunció este lunes la nueva estrategia de seguridad nacional de la administración de Donald Trump, calificándola de una amenaza directa a la soberanía política de la Unión Europea. En una intervención en el Instituto Jacques Delors de París, el exprimer ministro portugués advirtió que EE. UU no puede “reemplazar a los ciudadanos europeos para decidir qué partidos son buenos y cuáles son malos”.

Una postura firme frente a la interferencia estadounidense

Costa se refirió a un documento interno de la Casa Blanca que propone “cultivar la resistencia” en Europa para “ayudar a corregir su trayectoria actual”, y que según él, tiene como objetivo apoyar a formaciones ultras, euroescépticas y reaccionarias bajo la denominación de “fuerzas patrióticas”. El presidente del Consejo Europeo subrayó que “los aliados no interfieren en la vida política de sus socios; respetan su soberanía”.

El discurso se dio en el marco del Instituto Jacques Delors, nombre que recuerda al excomisario que impulsó la creación del mercado único, el euro y la arquitectura institucional de la UE tal como la conocemos.

Las palabras de Costa llegan después de un intenso fin de semana en el que figuras como el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean‑Noël Barrot, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Rosław Sikorski, varios eurodiputados y el exprimer ministro italiano Enrico Letta defendieron la UE frente a los ataques de Washington.

El presidente del Consejo Europeo también recordó los discursos del vicepresidente estadounidense JD Vance en Múnich y los numerosos tuits de Trump, que, según él, se han convertido en la “doctrina oficial” de EE. UU y obligan a Europa a responder de manera acorde.

En este contexto, Costa anunció un refuerzo del compromiso europeo para consolidar una Europa más autosuficiente y resiliente. Entre sus prioridades destacó la aceleración del mercado único, la atención a la vivienda asequible y la necesidad de no “encerrarse en sí misma”. Asimismo, resaltó el potencial de los 27 estados miembros y los 450 millones de ciudadanos para forjar nuevas alianzas comerciales, citando los acuerdos en negociación con Indonesia y México, y la expectativa de concluir el tratado con los países del Mercosur antes de final de año, lo que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo.

El mandatario también subrayó la urgencia de que la UE asuma la responsabilidad de su propia seguridad, reduciendo la dependencia de la infraestructura militar y de inteligencia estadounidense. “Esta dependencia tiene consecuencias para nuestra seguridad y el correcto funcionamiento de nuestras fuerzas armadas”, afirmó Costa, señalando que Rusia ya ha reconocido compartir partes de la doctrina de seguridad de EE. UU respecto a Europa.

En materia de visión estratégica, Costa contrastó la postura europea con la estadounidense: “Europa sigue defendiendo el multilateralismo, un orden internacional basado en normas, la ciencia y la lucha contra el cambio climático. EE. UU ya no cree en el multilateralismo, ni en un orden basado en reglas, y considera el cambio climático un engaño”.

La estrategia de seguridad nacional de Trump, según la administración estadounidense, sostiene que Europa se enfrenta a la “desaparición de su civilización” debido a su diversidad y políticas migratorias. Este discurso se ha acompañado de una campaña anti‑UE impulsada por figuras del sector tecnológico vinculadas al círculo de Trump, entre ellas Elon Musk.

Musk, tras la multa de 120 millones de euros impuesta por la Comisión Europea por falta de transparencia en la publicidad de la red social X (antes Twitter), solicitó la abolición del regulador y retiró la capacidad de la UE para gestionar su panel de control de anuncios. Sus críticas han sido respaldadas por rivales de la UE, como Rusia, y forman parte de lo que la administración estadounidense habría intentado usar como presión para que la UE flexibilice sus normas tecnológicas y de protección de datos a cambio de una revisión de su política arancelaria.

Ante estos hechos, Costa reiteró que “EE. UU no puede sustituir a Europa en la defensa de la libertad de expresión”. Añadió que la libertad de expresión depende de la libertad de información, del pluralismo y de evitar el monopolio de software por parte de unos pocos conglomerados tecnológicos. “No habrá libertad de información si se sacrifica la información de los ciudadanos para proteger a los oligarcas tecnológicos de EE. UU”, concluyó el presidente del Consejo Europeo.

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