El ejército estadounidense contra la barba: por qué su prohibición puede resultar discriminatoria

En la actualidad del streaming, las series ya no se limitan a entretener; generan debates, influyen en estéticas y, en ocasiones, generan titulares. Así ocurre con Boots (Netflix, 2025), una producción que narra la vida de dos jóvenes reclutas en un centro de entrenamiento de la Infantería de Marina de EE. UU. durante la década de los noventa. Lo que aparenta ser una historia nostálgica sobre disciplina militar se transforma, con un detalle casi imperceptible, en una crónica de los dilemas actuales en torno a la identidad, el cuerpo y el poder.

En el primer episodio, un recluta afroamericano sufre pseudofoliculitis, una irritación cutánea provocada por el afeitado constante. Su superior, también de origen racializado, le ofrece polvo de talco como gesto de camaradería, evidenciando la tensión entre la normativa militar y las realidades biológicas de los soldados.
Política de afeitado y sus implicaciones
La serie se estrenó pocos días después de que el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, prohibiera a las tropas portar barba. En un discurso frente a altos mandos en una base de Virginia, Hegseth declaró que “la era de la apariencia no profesional ha terminado”, y describió la laxitud anterior como “un grupo woke lleno de gordos y paganos nórdicos”. Prometió el regreso de la “estética guerrera”, definida por un cuerpo en forma, rostro afeitado y una presencia que, según el estereotipo, proyecta fuerza y preparación para el combate.
Datos epidemiológicos
- Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, la pseudofoliculitis puede desfigurar la piel del rostro y afecta a una proporción considerable de hombres.
- El Colegio Americano de Osteopatía y Dermatología indica que hasta el 60 % de los hombres negros la padecen, frente al 20 % de los hombres blancos.
- Estudios internos del ejército señalan que entre el 45 % y el 83 % de los soldados afroamericanos han sufrido pseudofoliculitis en entornos con políticas de afeitado estricto.
- Con más de 224 000 soldados activos afroamericanos (un 17 % del total) según datos del Pentágono de 2023, la medida podría traducirse en decenas de miles de bajas médicas.
Quienes presentan excepciones médicas disponen de un año para resolver su condición; de lo contrario, enfrentan la baja del servicio. Esta normativa, sin dudas, recae de manera desproporcionada sobre los reclutas afroamericanos.
Historia de la normativa de afeitado
La política de afeitado en las Fuerzas Armadas ha experimentado varios cambios:
- Años 60: prohibición total de barbas.
- Guerra de Vietnam (1955‑1975): aparecen las primeras excepciones médicas, coincidiendo con el aumento de reclutas afroamericanos.
- Años 80: se restablece el afeitado obligatorio con permisos limitados.
- Finales del siglo XX: se flexibiliza el uso de barbas en Afganistán para facilitar la adaptación al entorno.
- Años 2000‑2020: se amplían los permisos por motivos religiosos y médicos.
Hoy, la exigencia de rostro afeitado se presenta como una cuestión de disciplina, mientras que en la élite política estadounidense persisten estilos de barba cuidadosamente perfilados, como los del vicepresidente J. D. Vance, Donald Trump Jr. o el secretario de Comercio Howard Lutnick.
Contexto cultural y tendencias capilares
El New York Times ha descrito el fenómeno como el “quinto gran movimiento de la barba”, un resurgir del vello facial que surge en periodos de agitación cultural. El historiador Christopher Oldstone‑Moore afirma que este renacimiento está ligado al debate sobre la masculinidad y la “manosfera”. La periodista Vanessa Friedman añade que “pocas cosas evocan mejor la virilidad que la barba, expresión visual de la testosterona”.
Así, la moda capilar se muestra cíclica: lo que hoy es símbolo de rebeldía o de protesta cultural, mañana puede convertirse en norma institucional.
Recomendaciones dermatológicas
El dermatólogo José Luis Martínez‑Amo, del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica, sugiere medidas para mitigar la pseudofoliculitis:
- Utilizar jabones con pH neutro y propiedades antisépticas.
- Cambiar las cuchillas de afeitado con frecuencia.
- Evitar lociones post‑afeitado con alto contenido de alcohol.
- En casos severos, considerar la opción de no afeitarse, siempre bajo supervisión médica.
Obedecer normas que generan irritación constante resulta, en palabras del propio especialista, “más irritante que el propio afeitado”.
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