Rolando Díaz, cineasta cubano: No he podido decirle adiós a Cuba, por eso hice una película
Rolando Díaz, cineasta cubano nacido en 1947 en el barrio de Luyanó, La Habana, ha sido testigo y protagonista de los vaivenes políticos y culturales de su país. Tenía once años cuando la Revolución triunfó el 1 de enero de 1959 y, como muchos de su generación, quedó marcado por la euforia inicial, el servicio militar, la participación como corresponsal de guerra en Angola y una profunda desilusión que lo acompañó durante toda su vida.

Su despertar intelectual se produjo al leer “Pabellón de Cáncer”, de Aleksandr Solzhenitsyn, obra que lo impulsó a reflexionar sobre el “yo” y a cuestionar hechos tan emblemáticos como el apoyo cubano a la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, el fracaso de la “Zafra de los Diez Millones” de azúcar y el caso del poeta Heberto Padilla, una de las primeras manifestaciones de censura en el arte cubano.
En la década de los setenta trabajó junto a su amigo Daniel Díaz Torres en el Noticiero ICAIC, donde percibió de cerca la censura estatal. La prohibición de “Alicia en el Pueblo de Maravillas”, película de Torres, selló su ruptura con el gobierno y lo llevó al exilio. Pasó más de un año en Estados Unidos, luego se instaló en España, vivió brevemente en República Dominicana y, finalmente, se estableció en Valencia, donde continuó rodando películas bajo la premisa de Neruda: “Confieso que he vivido”.
“iós Cuba”, un retrato del éxodo cubano
El último proyecto de Díaz, “iós Cuba”, narra el masivo éxodo de cubanos que, según él, podría “vaciar” la isla. Con recursos escasos, la película se financió mediante crowdfunding y combina testimonios reales de emigrantes con una trama de ficción centrada en una dramaturga que escribe una obra a partir de esos relatos. El director explicó que la urgencia de contar la historia obligó a rodar rápidamente, capturando rutas de salida por aire, mar y tierra.
Preguntas y respuestas
¿Qué motivó la creación de “iós Cuba”? – “Sentí una tremenda preocupación por el vacío que se está creando en la isla. Desde 1959 la gente emigró, pero el éxodo actual es casi total. Tengo la sensación de que la isla podría desaparecer”.
¿Cómo ha sido trabajar con recursos tan limitados? – “La tecnología facilita la filmación, pero la falta de dinero se siente. La mayor parte del presupuesto se destinó a lo técnico; muchos del equipo ni cobraron nada”.
¿De qué manera el haber emigrado ha influido en su cine? – “Tengo la nacionalidad española, pero soy cubano de alma. La distancia me hizo darme cuenta de que, aunque mi documental ‘El largo viaje de rústico’ fue nominado a los Goya, en la gala se percibió como español. Lo mismo ocurrió con ‘Si me comprendieras’, mostrada en la Berlinale: una historia netamente cubana, pero catalogada como española por la falta de una ciudadanía cubana”.
¿Qué opina de “Los pájaros tirándole a la escopeta”, su película de 1984? – “Es una obra que me supera y me ha regalado muchas alegrías. Fue muy espontánea, basada en mi barrio y sus personajes, con un reparto extraordinario. Lamento que las condiciones de producción fueran limitadas”.
¿Por qué “iós Cuba” aún no ha sido seleccionada por festivales en España? – “Los festivales deciden por sí mismos. El tema cubano no está de moda y una película independiente, fuera del circuito oficial, tiene más dificultades para ser aceptada”.
¿Cuál considera el valor de “iós Cuba”? – “Es la historia de millones de cubanos que han abandonado la isla. Quiero que la vea la mayor cantidad posible de compatriotas, y ojalá algún día pueda proyectarse libremente dentro de Cuba”.
¿Ha podido decirle “iós” a Cuba? – “No. Por eso, a través del cine, intento expresar lo que siento sin caer en un nacionalismo estrecho. Emigrar significa perder olores, recuerdos, amores y, a veces, a la madre”.
¿Planea volver a la comedia? – “La situación actual es tan dramática que el humor es una válvula de escape. Amo la comedia y, aunque “iós Cuba” se mantuvo serio, llevo una comedia en el bolsillo desde hace años y no pienso cerrar esa puerta”.

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