El laboratorio señalado por la presunta fuga de la peste porcina africana estaba en obras

El virólogo Xavier Ab, jefe de la unidad de biocontención del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA), advirtió el 14 de noviembre en sus redes sociales que los accidentes en laboratorios que manejan patógenos son una realidad. Dos semanas después, a escasos cientos de metros de la instalación en Bellaterra (Barcelona), se encontró un jabalí muerto portador de la peste porcina africana (PPA), enfermedad que no se detectaba en España desde 1994.

Investigación oficial y posibles orígenes
El Ministerio de Agricultura abrió, el viernes, una investigación para determinar si el virus escapó de un laboratorio. Los análisis genéticos realizados en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA‑INIA) de Valdeolmos, en la Comunidad de Madrid, indican que la cepa encontrada en Barcelona no coincide con las que circulan actualmente en Europa, sino que se asemeja a una detectada en Georgia en 2007 y utilizada desde entonces en laboratorios de investigación.
El CReSA, dependiente de la Generalitat de Cataluña, cuenta con una unidad de biocontención de 4.500 m² y seis laboratorios con nivel de bioseguridad 3, el estándar requerido para manipular virus como la PPA. Las obras de ampliación, adjudicadas a la constructora Rogasa, pretenden añadir 3.000 m² de espacio para laboratorios de alta seguridad. Según el propio Ab, la obra comenzó el 14 de septiembre, aunque la entidad no ha confirmado oficialmente la duración o el avance de los trabajos.
En el contexto de la ampliación, el CReSA ha declinado responder a las preguntas del medio sobre si las obras pudieran haber comprometido la bioseguridad. Un comunicado del centro asegura que “no se ha producido ninguna incidencia que pudiera haber afectado a la bioseguridad”, y que la única anomalía registrada ha sido un breve corte de suministro de gas que no tuvo repercusión en la seguridad ni en la actividad investigadora.
Ab citó como referencia el accidente de 2019 en una planta biofarmacéutica de Lanzhou, China, donde una fuga de la bacteria Brucella provocó más de 10.000 casos de brucelosis. “La causa probable fue el uso de desinfectantes inadecuados”, explicó el virólogo.
Expertos en la enfermedad han opinado sobre la posible procedencia del virus. El veterinario José Manuel Sánchez Vizcaíno, considerado uno de los mayores especialistas mundiales en PPA, señaló que “si el virus hubiera llegado por alimentos contaminados o por animales, sería una cepa claramente identificable. Su aparición repentina sugiere que podría tratarse de un escape de laboratorio”. Por su parte, el investigador Christian Gortázar, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, consideró “altamente improbable” que el virus se escapara de una instalación de nivel 3, aunque no descarta la hipótesis de una contaminación deliberada.
El caso se complica por la aparición simultánea de un jabalí con PPA en Polonia, donde las autoridades sospechan de un posible sabotaje. La historia recuerda el supuesto uso de la peste porcina africana como arma biológica en 1977, cuando la CIA negó haber introducido el virus en Cuba.
Un comité científico, coordinado por la veterinaria Laura Pérez del CISA, ha iniciado el análisis de la hipótesis de fuga de laboratorio. Entre sus miembros se encuentra el propio Xavier Ab, cuya figura pública ha sido objeto de controversia por declaraciones polémicas en redes sociales.
Mientras se esclarecen los hechos, el CReSA mantiene su política de silencio frente a los medios, alegando principios institucionales. La investigación del Ministerio de Agricultura seguirá evaluando todas las posibilidades, incluida la hipótesis de una introducción externa del patógeno a través de alimentos contaminados o la presencia de animales salvajes en los alrededores del centro.

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