Sanidad busca 10.000 afectados por la dana para investigar el impacto de la catástrofe en la salud mental

A pocos meses del primer aniversario de la DANA que azotó la Comunidad Valenciana en 2024, dejando al menos 230 fallecidos, Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación Víctimas Mortales de la DANA, expresa su descontento en Catarroja, una de las localidades más afectadas. “No se ha intentado la reconstrucción humana; a las familias de las víctimas no se les ha reconocido su sufrimiento”, denuncia.

El paso del torrente dejó heridas invisibles, dolores difíciles de cuantificar y miedos que persisten cada vez que el cielo se nubla y el río del Poyo vuelve a subir. Con el objetivo de atender esas secuelas psicológicas, el Ministerio de Sanidad ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado la licitación de un contrato para monitorizar el impacto de la DANA en la salud mental de los afectados.

Estudio piloto para medir depresión, ansiedad y estrés postraumático

El proyecto contempla la participación de 23.318 hogares distribuidos en 37 municipios de la provincia de Valencia, donde conviven aproximadamente 7.773 menores. Se espera que 10.871 personas, entre 8.153 adultos y 2.718 menores, formen parte del estudio, que tendrá una duración de tres años, hasta 2028. El presupuesto asciende a 995.668,94 euros y la adjudicación se realizará en diciembre a la empresa Ideara.

Según la memoria que justifica la inversión, es necesario “contar, como indicador epidemiológico, la frecuencia de trastornos de salud mental en las personas expuestas a la inundación e identificar las características personales y sociodemográficas asociadas”. Para ello se aplicará una encuesta que evaluará la prevalencia de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, así como los factores de riesgo vinculados.

Los cuestionarios para adultos tendrán una duración aproximada de 40 minutos, mientras que los destinados a menores rondarán los 20 minutos. En las fases posteriores, la duración se reducirá ligeramente. El proceso incluirá contactos presenciales y telefónicos, además de un número de atención dedicado a los participantes.

Además de la muestra inicial, el Ministerio proporcionará al contratista una lista de hogares suplentes, seleccionados, en la medida de lo posible, de la misma sección censal y con características demográficas similares, con el fin de garantizar la representatividad y profundizar en las “heridas ocultas” dejadas por la catástrofe.

Un año después del desastre, los rastros del torrente siguen presentes en la vida cotidiana de la región. En las paredes de Paiporta y Catarroja aún se observan los avisos de los bomberos, los comercios conservan persianas deformadas por el impulso del agua y la comunidad recuerda los intentos heroicos de rescate mientras el cauce aumentaba su caudal. El barro y el polvo, así como la actividad de obreros y máquinas en el barranco del Poyo, siguen siendo testigos de la magnitud de los daños.

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