Noche crítica en las Urgencias de Madrid: camas improvisadas en salas de espera, personal al límite y hasta pacientes con cáncer sin médico

Los hospitales de la Comunidad de Madrid atraviesan una crisis sin precedentes en sus servicios de urgencias, provocada por la fuerte oleada de gripe A y la acumulación de pacientes con diversas patologías. La falta de personal y la escasez de camas obligan a los centros a adoptar medidas de improvisación que ponen en riesgo la seguridad y la salud de los usuarios.

En el Hospital Clínico San Carlos, la sala de espera se transformó en zona de observación: a las 21:30 había 145 pacientes esperando ser atendidos, una cifra que supera el doble de la capacidad prevista del área. Doce de ellos llevaban más de cuatro horas sin disponer de una cama. El médico Santiago, que prefiere permanecer anónimo, denunció el hacinamiento y el alto riesgo de contagio entre pacientes con diferentes enfermedades, incluidos casos de gripe y otras afecciones respiratorias.
Escalada de la saturación en los principales hospitales
En el Hospital 12 de Octubre, la situación resultó aún más alarmante. A la madrugada, a las 00:30, el servicio de urgencias atendía a 257 pacientes. En una sala diseñada para 40 camas, se encontraban 82 personas, la mayoría con patologías psiquiátricas o gripe. La enfermera que habló bajo reserva explicó que la falta de camas obliga a los pacientes a permanecer en los “boxes”, aumentando el riesgo de transmisión de infecciones. Algunos pacientes esperaban hasta seis horas para ser atendidos, cuando el tiempo estándar debería ser de una hora.
Una enfermera de turno relató que, a medianoche, tenía asignados 51 usuarios en la zona de consultas, con solo un médico y una auxiliar de enfermería. Una anciana de 82 años llevaba esperando en una silla desde las 15:30. Los “boxes”, que normalmente cuentan con cuatro camas, ahora albergan hasta seis, sin garantías de aislamiento.
En el Hospital La Princesa, a las 22:00 se registraron 120 pacientes en urgencias, cifra que descendió a 78 tras la madrugada, aunque siete personas seguían aguardando una cama, entre ellas varios pacientes oncológicos que habían esperado hasta 24 horas sin recibir atención médica. La falta de médicos obligó a que la zona de observación fuera atendida únicamente por una enfermera y una auxiliar, generando una sobrecarga de trabajo que ha dejado a los profesionales exhaustos.
Un sanitario de 31 años del mismo centro informó que, desde el martes, no había camas disponibles para pacientes con gripe A y que varias plantas habían permanecido cerradas desde el 30 de junio por falta de personal. El equipo de la noche constaba de ocho enfermeras, siete auxiliares, diez residentes y dos médicos, quienes describieron una situación de “agotamiento total”.
Santiago, integrante de la Plataforma Anticorrupción del Hospital Clínico San Carlos, señaló que la falta de previsión ha llevado a reabrir una unidad de cirugía vascular, habitualmente cerrada durante el año, apenas diez días después de su apertura. Además, la mezcla de pacientes de distintas especialidades –por ejemplo, casos de coronavirus en traumatología y gripe A en medicina digestiva– ha complicado la gestión de los recursos.
El mismo profesional criticó la práctica de colocar camas de almacén en la sala de espera, un espacio que no está habilitado para el descanso de los pacientes. Recordó que, durante el verano, se cerraron varias camas por la escasez de personal, una medida que ahora se ve revertida ante la creciente demanda.
El Plan de Invierno, puesto en marcha el 1 de diciembre con la intención de reforzar el personal y los recursos sanitarios, ha sido objeto de críticas por su tardía implementación. Según el sindicato SATSE, el plan llegó “muy tarde” y su ejecución ha sido deficiente. De los 615 puestos de enfermería aprobados, solo se ha contratado el 48 %.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, informó que la incidencia de gripe ha alcanzado 307,5 casos por cada 100 000 habitantes, superando los niveles del año anterior y acercándose a las tasas de hace quince años. Aunque el plan contempla la contratación de 1 800 profesionales, la consejera admitió la existencia de un grave déficit de personal y señaló que el Ministerio de Sanidad se opone a las medidas propuestas por la comunidad.
Matute anticipó que, para 2032, España podría enfrentar una escasez de 45 000 médicos. A pesar de haber ofrecido 69 plazas para urgencias y emergencias, solo 11 fueron aceptadas. Además, se prevé una partida presupuestaria en 2026 destinada a mejorar las condiciones laborales de los turnos de guardia.
Desde el Hospital Gregorio Marañón, la delegada de Comisiones Obreras, Carmen Flores, confirmó que, durante la noche, se registraron 88 casos en urgencias y 73 pacientes permanecían a la espera de una cama, una situación que esperan resolver a lo largo de la mañana.
En el Hospital de La Paz, la sobrecarga es también evidente: la sala número 3, con capacidad para 32 camas, llegó a albergar a 51 pacientes, obligando a que algunos se instalaran en el pasillo, con el riesgo que ello conlleva ante cualquier complicación clínica.
Los profesionales de urgencias describen la constante cancelación de intervenciones quirúrgicas para liberar camas, pero aseguran que la medida resulta insuficiente. Aun con la incorporación de dos enfermeras adicionales por turno, el personal sigue reclamando el pago de 80 horas extras anuales y denuncia la falta de manos suficientes para atender la creciente demanda, describiendo la situación como “una bomba a punto de estallar”.

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