La batalla por las calles de Ciudad de México: el Gobierno endurece las medidas contra los franeleros
Los franeleros, conocidos popularmente como “viene‑viene”, son una presencia constante en las calles de la Ciudad de México. Desde hace más de medio siglo ofrecen servicios de estacionamiento, lavado y vigilancia de automóviles en un contexto de escasez de espacios de parqueo. Para muchos son la única alternativa laboral disponible; para otros, su actividad se ha vinculado a extorsiones, agresiones y al cobro de cuotas que van más allá de una propina voluntaria.
El pasado mes, la Asamblea Legislativa aprobó una reforma a la Ley de Cultura Cívica con 53 votos a favor. La norma endurece las sanciones para quienes ocupen la vía pública sin autorización, contemplando multas y arrestos de hasta 36 horas, y exige el pago de un permiso para ejercer actividades como el cuidado, lavado o estacionamiento de vehículos. La iniciativa, impulsada por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, también regula el uso de la vía pública por parte de vecinos que colocan objetos para reservar espacios.
Reacciones de los involucrados
Rafael, de 43 años, trabajó varios años como franelero en una zona de oficinas donde no había estacionamiento. “Confiaba la llave de mi coche a los franeleros para que lo cuidaran; ahora, como chofer de aplicaciones, me cuesta confiar en ellos”, explicó, añadiendo que en ocasiones ha sufrido daños en su auto cuando se ha negado a pagar.
Pedro Haces Lago, diputado de Morena, indicó que el gobierno creará alternativas laborales en conjunto con la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE) para ofrecer “empleos dignos” a los franeleros.
Ali Ruiz, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, criticó la medida punitiva, argumentando que “no todo se puede resolver con una detención de 36 horas; al salir, la persona sigue sin empleo”. La investigadora recordó que los franeleros forman parte de la economía informal que sostiene a la capital y que la mayoría son hombres con baja escolaridad, muchos migrantes de otras regiones.
Arnulfo Caballero, franelero con 25 años de experiencia en Coyoacán, relata que su permiso de trabajo lo obtuvo mediante cartas de recomendación de vecinos. De los 180‑200 pesos que gana al día, una parte la destina a “la cuota” que paga a la policía para evitar conflictos con otros franeleros. A pesar de ello, ha sido detenido en dos ocasiones por no contar con la identificación de la STyFE.
Juan Bermúdez, también de origen oaxaqueño y con 24 años en la actividad, reconoce que la presencia de grupos delictivos ha empañado la imagen de los franeleros. “Los que vienen los fines de semana con droga y cobran a los clientes son los que nos hacen mala fama”, señaló.
Los datos oficiales revelan la magnitud del fenómeno. Según la STyFE, alrededor de 1 936 personas se dedican a la labor de franelero, mientras que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) registró 6 631 detenciones en los últimos dos años, lo que sugiere un subregistro importante.
- Alcaldía con mayor concentración: Cuauhtémoc (40 %).
- Otras alcaldías relevantes: Benito Juárez, Azcapotzalco, Coyoacán y Álvaro Obregón.
- Cuotas habituales: de 150 pesos a 800 pesos en eventos masivos.
En los últimos cinco años, las denuncias contra los franeleros aumentaron un 80 %, según informó el diputado Haces.
La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado a no criminalizar a todos los que ejercen esta actividad. “No todos los casos son iguales; muchos están excluidos del empleo formal y viven en condiciones de pobreza y precariedad”, declaró, subrayando la necesidad de abordar la falta de estacionamiento como problema estructural.
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