Marruecos busca inspiración en el modelo autonómico español ante el reto de ofrecer un autogobierno creíble para el Sáhara
Rabat está revisando su propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental, tomando como referencia modelos de autogobierno internacionales, entre los que destaca el de España. La iniciativa surge tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del 31 de octubre, que consideró “una verdadera autonomía” como la solución política más viable para el conflicto heredado de la antigua colonia española.

El rey Mohamed VI ha solicitado a los partidos políticos marroquíes que aporten ideas para una actualización del plan presentado a la ONU en 2007, que había sido calificado como limitado y con competencias escasas. En este proceso, el reino se inspira en experiencias europeas, como los estatutos de los territorios de ultramar franceses y los regímenes de autogobierno de Escocia e Irlanda del Norte, aunque el modelo de comunidades autónomas españolas, especialmente el catalán, es observado con especial interés como posible referencia.
Actualización del plan de autonomía saharaui
El esquema de 2007 concedía al Sáhara Occidental competencias en áreas como fiscalidad local, infraestructuras, transporte, vivienda, educación, salud, medio ambiente, empleo y la promoción del patrimonio cultural y la lengua hassanía. Sin embargo, el Estado central mantenía el control de la seguridad, la pesca, la minería y las atribuciones constitucionales en defensa, relaciones exteriores y asuntos religiosos.
Según el profesor de Derecho Internacional Abdelhamid El Uali, de la Universidad de Casablanca, “la iniciativa autonómica marroquí responde a estándares internacionales y sienta las bases para un proyecto viable de autonomía territorial”. El experto añade que el régimen autónomo refleja “las relaciones de fuerza existentes entre las partes implicadas”.
El nuevo proyecto deberá someterse a referéndum entre la población saharaui, cuya mayoría no es originaria del territorio que fue la provincia española hasta 1975, y será incorporado a la Constitución marroquí. El ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, ha manifestado que la vía de la autonomía equivale al ejercicio del derecho a la autodeterminación.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha calificado la propuesta marroquí como la más “seria y creíble”. No obstante, un informe del portal de investigación Le Desk advierte que la gobernanza interna parece estar recentralizándose, lo que podría debilitar las expectativas diplomáticas del reino. El estudio señala que “los programas regionales están paralizados por una lógica de recentralización de la ejecución”.
Diez días después de la resolución del Consejo de Seguridad, el Palacio Real convocó a los líderes de los partidos con representación parlamentaria para avanzar rápidamente en la actualización del plan. En ausencia del rey, que se encontraba en Emiratos Árabes Unidos, los dirigentes fueron recibidos por los consejeros Fu Alí Himma, Omar Azziman y Tayeb Fassi‑Fihri, así como por los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior, Abdelouafi Laftit.
En la opinión pública marroquí persiste un desconocimiento sobre el alcance jurídico y técnico de la autonomía saharaui. El director de la editorial Tel Quel, Yassin Majdi, ha advertido que “la autonomía se ha mantenido al margen de la cuestión nacional durante décadas y ahora se percibe como un riesgo de separatismo”. Por su parte, el analista Abdelá Turabi considera que Marruecos ha adoptado históricamente un modelo centralista, limitando la verdadera descentralización.
Desde la ONU, el enviado especial para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, reiteró la necesidad de que Marruecos presente un plan de autonomía actualizado y completo, subrayando que la propuesta actual constituye “solo un marco que no anticipa el resultado de las negociaciones”.
El Frente Polisario, que defiende la independencia mediante un referéndum de autodeterminación, ha manifestado su disposición a negociar directamente con Marruecos siempre que cualquier proyecto de autonomía sea sometido a consulta popular y que se mantenga la opción de la independencia. Sin embargo, Rabat ha descartado el diálogo bilateral con el Frente y ha propuesto incluir a Argelia y Mauritania en conversaciones regionales bajo la mediación de la ONU.

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