España abandona Eurovisión: cómo la guerra de Netanyahu terminó con 65 años de idilio musical

España anunciará su retirada del Festival de Eurovisión a partir de la edición de 2026, la primera vez que el país no compita desde su debut en 1961. La decisión, comunicada por RTVE este jueves, responde a la aprobación por parte de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de mantener a Israel dentro del concurso, lo que ha generado un fuerte rechazo entre varios miembros, entre ellos los Países Bajos, Eslovenia e Irlanda, que también han confirmado su salida.

Un vínculo de casi siete décadas

La relación de España con Eurovisión comenzó con Conchita Bautista y su canción “Estando contigo” en el sexto certamen del concurso, celebrado en 1961. Durante los primeros años el festival supuso un auténtico idilio, coronando al país con dos victorias consecutivas: en 1968 Massiel triunfó con “La, la, la” y, al año siguiente, Salomé empató el primer puesto con “Vivo cantando”, junto a Francia, Países Bajos y el Reino Unido. Desde entonces, España nunca volvió a organizar la competición.

En la década de los setenta la presencia española se reforzó con artistas de gran trayectoria. Raphael interpretó “Hablemos del amor” en 1967 y Julio Iglesias representó al país con “Gwendolyne” en 1970. En 1973 Mocedades quedó segundo con “Eres tú”, tema que alcanzó también las listas estadounidenses. Estos éxitos demostraron el poder de Eurovisión como plataforma de proyección internacional para la música española.

Sin embargo, la historia del festival también ha estado marcada por momentos difíciles. En 1983 la cantante Remedios Amaya recibió 0 puntos, un hecho que simbolizó la creciente desconexión entre la propuesta española y las tendencias del concurso, que empezaban a favorecer a los países de Europa del Este. A finales de los noventa y principios de los dos mil, la llegada de “Operación Triunfo” como preselección nacional revitalizó el interés del público, aunque los resultados poco favorables de algunos participantes volvieron a generar escepticismo.

En 2022 RTVE creó el Benidorm Fest, inspirado en el Melodifestival de Suecia y el Sanremo italiano, para seleccionar al representante español. La polémica surgió en su primera edición cuando la canción “SloMo” de Chanel ganó pese a la discrepancia entre el voto del público y el del jurado, pero el éxito posterior –un tercer puesto en la final de Turín– impulsó nuevamente la popularidad del festival y del propio Eurovisión en España.

El año siguiente, la participación de Blanca Paloma con “Eaea” se ubicó en el 17.º puesto, pero el impacto de la guerra en Gaza y la controversia sobre la permanencia de Israel en la competición reavivaron el debate político y mediático. La UER solicitó a Israel modificaciones al tema “Hurricane” para la edición 2024, alegando violaciones de las normas por referencias políticas, mientras varios países, entre ellos España, denunciaron un supuesto doble rasero tras la expulsión de Rusia en 2022.

En 2025, durante la transmisión de una semifinal, RTVE emitió un mensaje de condena a los ataques en Gaza antes de la actuación de la representante israelí Yuval Raphael. La UER amenazó con sanciones si se repetían referencias al conflicto, por lo que la cadena mostró un cartel bilingüe que proclamaba: “Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina”. Aun así, la presión se mantuvo y, tras la final, España solicitó una auditoría del televoto español, sospechando manipulaciones a través de campañas en redes sociales.

La acumulación de tensiones culminó en la decisión colectiva anunciada en septiembre: España, los Países Bajos, Eslovenia, Irlanda e Islandia declararon que no participarían en Eurovisión 2026 si Israel formaba parte del concurso. La postura se mantuvo pese a los intentos de alto el fuego en Gaza y a la propuesta de la UER de reformar drásticamente el sistema de votación.

Con la retirada, España también abandonará el “Big Five”, el grupo de cinco países (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España) que, al aportar la mayor parte del presupuesto del evento, garantizan su pase directo a la final. No es la primera vez que un miembro del Big Five se aleja del grupo; Italia dejó la competición durante trece años (1998‑2010) antes de reincorporarse.

El concurso de 2026 está programado para el 16 de mayo en Viena (Austria). La ausencia de varios países europeos plantea la mayor crisis que ha vivido Eurovisión hasta la fecha, poniendo en tela de juicio su modelo de participación y la viabilidad de futuras ediciones.

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