Australia confirma que los autores del atentado en Sídney se inspiraron en el Estado Islámico

El domingo pasado se perpetró la masacre más letal en Australia en tres décadas en la popular playa de Bondi, en Sídney, cuando un padre y su hijo abrieron fuego contra una multitud que celebraba la festividad judía de Janucá. El ataque dejó 15 muertos y 22 heridos, entre ellos ocho con lesiones graves, incluidos dos policías que permanecen en estado crítico.

Según la Policía Federal Australiana, los presuntos autores, Sajid Akram, de 50 años, y su hijo Naveed Akram, de 24, se “inspiraron” en el Estado Islámico. Ambos viajaron a Filipinas el 1 de noviembre, llegando a la ciudad de Davao, una puerta de entrada al sur del país donde operan células vinculadas a la organización terrorista.
Vínculos con el Estado Islámico y la investigación
La comisaria Krissy Barrett declaró que los primeros indicios apuntan a un ataque terrorista motivado por la ideología del Estado Islámico, y subrayó que los hechos no pueden atribuirse a una religión sino a una organización terrorista. En el vehículo utilizado por los atacantes se encontraron banderas rudimentarias del grupo y artefactos explosivos. El coche estaba registrado a nombre de Naveed, quien resultó gravemente herido tras ser alcanzado por la policía; su padre, Sajid, murió en el intercambio de disparos.
Las autoridades australianas confirmaron que la familia había abandonado Filipinas el 28 de noviembre, volviendo a Sídney vía Manila. Sajid viajaba con pasaporte indio, mientras que Naveed, nacido en Australia en 2001, portaba un pasaporte australiano.
Fuentes de seguridad citadas por la cadena pública ABC indicaron que los dos hombres viajaron a Filipinas para recibir entrenamiento militar. Aunque la investigación sobre la naturaleza exacta de su estancia sigue en curso, se sabe que redes del Estado Islámico siguen activas en la isla de Mindanao, aunque debilitadas.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, confirmó la posible motivación terrorista del ataque y condenó el atentado contra la comunidad judía. El premier de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, informó que los heridos continúan recibiendo atención en varios hospitales de Sídney.
En medio del luto nacional, la playa de Bondi reabrió sus accesos el martes, aunque permanecía prácticamente vacía. Un pequeño homenaje con flores y peluches fue instalado frente al pabellón de la zona donde ocurrió el tiroteo.
Olivia Robertson, de 25 años, una visitante que se detuvo en el monumento, expresó a Reuters: “Este es el país al que llegaron nuestros abuelos para sentirnos seguros y tener oportunidades. Ahora esto ocurre en nuestro propio patio trasero. Es impactante”.
El embajador de Israel en Australia, Amir Maimón, también visitó Bondi y pidió al Gobierno australiano que tome todas las medidas necesarias para proteger a la comunidad judía, que representa el 0,55 % de la población del país (aproximadamente 150 000 personas). El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Albanese de haber creado las condiciones que favorecieron el ataque al reconocer al Estado palestino en septiembre y al permitir manifestaciones contra la masacre en Gaza.
Un ciudadano de origen sirio, Ahmed al‑Ahmed, fue aclamado como héroe tras desarmar a uno de los atacantes. El hombre recibió al menos cuatro disparos y fue operado para extraer los proyectiles. El primer ministro Albanese lo visitó en el hospital St George, donde se informó que Ahmed requerirá una segunda operación el miércoles.
El suceso ha reavivado el debate sobre la legislación de armas en Australia. Se informó que el padre, Sajid Akram, poseía licencias para seis armas de fuego, lo que ha llevado al Gobierno a anunciar una revisión y endurecimiento de las normas de control de armas, en línea con reformas ya implementadas en años recientes.

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