Va a ir palante, dice un echao palante

El jefe de Gabinete de la presidenta mrileña, Miguel Ángel Rodríguez, ha popularizado en los últimos meses la expresión coloquial «p’alante», utilizándola de forma insistente tanto en sus intervenciones orales como en sus escritos. Entre sus declaraciones más citadas se encuentran frases como «El fiscal general va a ir va pá’lante», «Vais a ir todos pá’lante», y un largo listado: «Begoña va pá’lante; el hermano va pá’lante; Koldo va pá’lante; el fiscal va pá’lante; y Ábalos va mu pá’lante…». También ha afirmado que «Tanto Begoña como su marido van a ir pá’lante» y, más recientemente, «Lo que no sabe Pedro Sánchez es que el próximo Pá’lante será él».

Contexto lingüístico y referencias literarias

El uso de la forma «pá’lante» se aleja de la norma estándar del español, ya que combina dos desviaciones: la supresión de la vocal en «para», que pasa a «pa», y la sustitución de «elante» por «alante». La variante recomendada por la Ortografía de las Academias de la Lengua Española (III.4.5) es «p’alante», con tilde en la sílaba «pá». Sin embargo, los medios han reproducido al menos tres grafías distintas, casi siempre en cursiva: p’lante, pa’lante y p’alante.

Ejemplos de esta construcción aparecen ya en la literatura del siglo XX. El escritor mexicano Carlos Fuentes, en La región más transparente (1958), pone en boca de sus personajes frases como «p’al norte, donde está el dinero» y «p’alante y p’atrás». De igual modo, el novelista español Santiago Moncada, en Siempre en otoño (1993), registra expresiones como «¡Para el carro o m’acatarro!» y «Coge onda, qu’es la monda», que muestran la flexibilidad del habla popular.

En el ámbito policial, la locución «meter p’alante» se emplea para describir la acción de trasladar a un detenido al interior de la comisaría, más allá de la simple toma de declaración. La frase sugiere, figuradamente, que el acusado no se queda en la puerta, sino que es llevado «p’alante», o sea, al fondo del recinto.

El fenómeno también se ha extendido al periodismo deportivo, donde algunos redactores emplean construcciones como «Aceleran los del grupo de alante» (ciclismo) o «falló mucho alante» (fútbol), a pesar de que se esperaría un registro más cuidadoso en la comunicación profesional.

En cuanto a la valoración social, el empleo de «p’alante» no siempre se percibe como inculto cuando es intencional. La crítica se dirige más bien a quienes disponen de un registro lingüístico más cuidado y optan, en ciertos momentos, por rebajar su lenguaje, como ocurre en la frase de Rodríguez «el fiscal va a ir pá’lante» en lugar de una formulación más estándar.

El propio Rodríguez ha consolidado el lema en su cuenta de Twitter/X, donde escribe: «Me entristece el ca vez más bajo nivel de la vida pública española».

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