Muere Robe Iniesta, fundador de Extremoduro y figura central en la música española, a los 63 años

El cantante y poeta extremeño Roberto “Robe” Iniesta falleció a los 63 años, tras una enfermedad que lo había mantenido debilitado durante varios meses. La noticia se confirmó poco antes de las cuatro de la madrugada, cuando el representante del artista envió el mensaje “Nuestro Robe ha fallecido. Estamos rotos” a los medios. Desde hace un año, Iniesta había suspendido indefinidamente sus conciertos en Mrid tras ser diagnosticado con un tromboembolismo pulmonar, una condición que su entorno más íntimo prefirió mantener en reserva.

La trayectoria de Robe Iniesta
Robe Iniesta se consolidó como una de las figuras más influyentes del rock español. Inició su carrera en la década de los 80 con el grupo Extremoduro, cuyo primer disco (1989) incluía temas icónicos como “Jesucristo García”, “La hoguera” y “Extremaydura”. Sus letras, que combinaban una visión marginal con una profunda carga filosófica y romántica, marcaron un antes y un después en la música del país. A lo largo de los años, la banda evolucionó de un sonido crudo y callejero a una producción más pulida, sobre todo tras la incorporación del guitarrista Iñaki Uoho Antón (ex‑Platero y Tú) en 1996. Ese mismo año, el álbum Agila alcanzó los primeros puestos de Los40, confirmando el estatus de Extremoduro como referente del rock urbano.
Después de varios discos exitosos, la relación entre Robe e Iñaki se deterioró por la creciente complejidad logística de la banda. La última gira de Extremoduro se truncó con la pandemia y, a partir de entonces, el cantautor centró su energía en la carrera solista, que comenzó en 2015 con Lo que aletea en nuestras cabezas. Sus últimos trabajos, Mayéutica (2021) y Se nos lleva el aire (2023), revelan a un escritor profundo, capaz de mezclar poesía, filosofía y reflexiones sobre la condición humana.
En su entrevista con EL PAÍS en mayo de 2024, antes de su último proyecto, Iniesta comentó con humor sobre su futuro: “En la próxima gira voy a tener muchos años, pues sí… Así que en 2027 tendré ciento y pico años”. Esa ligereza contrastaba con la seriedad de su legado artístico.
El representante de Robe describió al fallecido como “el último gran filósofo, humanista y literato contemporáneo de lengua hispana, y el cantante cuyas melodías han estremecido a generaciones”. Desde la madrugada, cientos de mensajes y homenajes han llegado de fans, músicos y colegas que recuerdan su capacidad para emocionar con letras que, bajo una coraza rebelde, revelaban un corazón extremadamente sensible.
En sus últimos años, Robe vivió entre Extremadura y el País Vasco con su esposa Bibi, con quien compartía dos hijos, uno de ellos ya adulto y músico. A pesar de los problemas de salud y los altibajos personales, el artista siguió ofreciendo entrevistas, mayormente por teléfono, y aceptaba homenajes como el recibido en el Piornal (Valle del Jerte), donde niños le cantaron “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, provocando una emotiva reacción.
Su lucha contra la adicción también formó parte de su historia. En los noventa, tras varios episodios con drogas, decidió abandonar la heroína y moderar su consumo, declarando: “La droga no es mala. Los malos son los hombres y sus acciones”. Esa decisión le permitió enfocarse en la música y la poesía, ampliando su repertorio de influencias, desde autores de bares como Manolo Chinato hasta poetas clásicos como Neruda y Miguel Hernández.
El fallecimiento de Roberto Iniesta deja un vacío inmenso en la escena musical española. Sus canciones, su estilo inconfundible y su capacidad para convertir la rebeldía en arte seguirán resonando en los corazones de quienes lo escucharon. Su obra, tanto en grupo como en solitario, permanece como testimonio de una vida dedicada a la creación, la reflexión y la conexión emocional con el público.

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