Abans més que Encara, de Miquel de Palol: Dinamita a consciència

El último libro de Miquel de Palol, Abans més que Encara, ha despertado gran expectación entre los lectores y críticos literarios. Con una extensión que supera las 800 páginas, la novela se presenta como un ambicioso retrato de tres generaciones de dos familias catalanas, los Salabreda y los Buron, cuyo conflicto económico y personal se despliega entre 1979 y 2019, en una Cataluña que sirve de espejo para los males y contradicciones de la sociedad contemporánea.

Características principales de la obra

Palol, autor de títulos tan destacados como Bootes (2023), El Testament d’Alcestis (2009), El Troiacord (2001) y El Jardí dels Set Crepuscles (1989), vuelve a explorar la complejidad del ser humano mediante una narrativa que combina ficciones históricas con reflexiones filosóficas. El libro está estructurado en torno a un árbol genealógico de tres generaciones, donde la figura central, Aureli Salabreda, declara su deseo de ser “un artista totalmente realista”, para luego describir la vida como un conjunto de rupturas, interrupciones y “tedis, excrements i merda en general”.

El estilo de Palol se caracteriza por diálogos y digresiones que rozan tratados de musicología, arquitectura, economía, política, esoterismo, numerología y literatura. Estas incursiones, lejos de alejar al lector, buscan subrayar la visión del autor como “el verdadero realista”, alineándose con los llamados “discursos de los analfabetos”, repletos de subordines, saltos sintácticos y metáforas que desafían la linealidad tradicional.

En el trasfondo de la trama, la familia Buddenbrook, citada como referencia clásica, ofrece una máxima que resuena a lo largo de la novela: “Fill meu, atén amb plaer els teus negocis durant el dia, però emprèn només els que et deixin dormir tranquil a la nit”. Esta frase sirve de contrapunto a la ambición desmedida de los Salabreda y los Buron, cuyas decisiones empresariales marcan el ritmo de la historia.

La obra, además, aborda la evolución social y cultural de Cataluña, describiendo el territorio como “el epicentro prototípic de todos los males de hoy” y ofreciendo una crítica mordaz al desolado diagnóstico del presente que, según el autor, amenaza con “explotar” al lector. La combinación de tramas intensas, grotescas, cómicas y solemnes convierte a la novela en un mosaico de voces y perspectivas que mantiene al lector en constante tensión.

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