Bálsamo emprendedor

El número de autónomos que operan a través de sociedades ha experimentado un notable aumento, convirtiéndose en un segmento que ya representa más de un tercio del total de trabajadores por cuenta propia. Este fenómeno responde, en gran medida, a la búsqueda de una mayor seguridad jurídica y a la ventaja de un régimen fiscal más atractivo.

Desafíos y consecuencias del modelo de autónomo societario

Una de las principales ventajas de constituir una sociedad es que, en caso de fracaso empresarial, la responsabilidad patrimonial recae sobre la entidad y no sobre el patrimonio personal del autónomo, lo que reduce considerablemente el riesgo económico para el emprendedor.

No obstante, el modelo también presenta importantes inconvenientes que están empezando a afectar la viabilidad de muchos negocios.

Factores críticos que ponen en riesgo la sostenibilidad

  • Alto coste de alquiler: Los precios de los locales comerciales se han disparado, llegando a absorber hasta el 50 % de los ingresos netos de los autónomos. Esta carga financiera asfixia la capacidad de reinversión y ha provocado un aumento significativo en los cierres de comercios.
  • Regulación insuficiente: La falta de control sobre los precios del alquiler, especialmente en zonas de alta demanda y en grandes ciudades, favorece la especulación inmobiliaria y agrava la presión sobre los pequeños empresarios.
  • Economía sumergida: La presión de los costes lleva a muchos autónomos a recurrir al pago en efectivo no declarado, lo que debilita la transparencia económica, precariza su futuro y merma la recaudación fiscal del Estado.

Ante esta situación, diversos sectores y organizaciones están reclamando una intervención regulatoria que limite los precios de los alquileres en áreas tensionadas y promueva una mayor transparencia en las transacciones comerciales.

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