La sorprendente hipocresía que ocultan sobre Ucrania

En el Día de la Independencia de Ucrania, celebrado el 24 de agosto, la comunidad internacional volvió a manifestar su apoyo al país, mientras que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró sus críticas a la «guerra de Biden» y calificó el conflicto de una «matanza sin sentido» que hiere el corazón de Europa.

Trump volvió a señalar que la actual administración estadounidense ha mantenido una política que dificulta la defensa ucraniana. Durante la gestión de Joe Biden, Estados Unidos impuso prohibiciones al suministro de armas de largo alcance a Kiev y, cuando esos equipos fueron entregados, estableció estrictas restricciones sobre su empleo en territorio ruso. Según fuentes oficiales, Washington sigue bloqueando el envío de misiles de gran alcance y limita de forma rigurosa el uso de sistemas de menor alcance, incluso cuando se trata de municiones europeas que incorporan tecnología estadounidense.

Impacto de las restricciones en la capacidad militar ucraniana

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha subrayado que la producción nacional permite realizar ataques como el reciente golpe a una importante terminal petrolera cerca de San Petersburgo, pero reconoce que la escasez de sistemas de largo alcance dificulta la respuesta estratégica frente a la agresión rusa.

El vicepresidente de EE. UU., J. D. Vance, aseguró que la intervención de Trump ha conseguido «significativas concesiones» del Kremlin en el proceso de negociación para poner fin a la guerra. Según Vance, esas ventajas se lograron después de una polémica cumbre entre Trump y el presidente ruso Vladímir Putin en Alaska, y de la propuesta de un encuentro entre Putin y Zelenski que Moscú ha descartado rotundamente.

Rusia mantiene sus exigencias territoriales máximas y busca posicionarse entre los países que garantizarían la seguridad de Ucrania frente a futuras agresiones, mientras el conflicto sigue sin resolverse. En los actos celebrados ayer en Kiev, representantes de Canadá y Suecia anunciaron nuevos compromisos para defender la soberanía e integridad territorial de Ucrania, reforzando la presión sobre el Kremlin.

Los ataques a la infraestructura energética rusa han reducido la producción de combustible a los niveles más bajos en doce años, una estrategia que, según los analistas, busca debilitar la capacidad bélica de Moscú al privarla de recursos financieros.

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