Plasencia llora la pérdida de Robe, su hijo pródigo: Se ha ido como los grandes, sin hacer ruido. Era humilde y discreto

El diario Hoy de Extremadura encabezó su portada con la frase “Hasta siempre, Robe. Hasta siempre, siempre, siempre”, mientras que El Periódico de Extremadura tituló: “Se va la rebeldía y el talento de Extremadura”. La noticia de la muerte de Roberto Iniesta Ojea, más conocido como Robe, ha estremecido a Plasencia y a toda la comunidad extremeña.

El alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro (PP), informó que se enteró del fallecimiento a través de un mensaje de WhatsApp enviado por uno de los colaboradores cercanos del cantante. “Todos sabíamos que Robe estaba enfermo y se había retirado para recuperarse. Su partida ha sido inesperada”, declaró el concejal, que añadió que el Ayuntamiento ha habilitado un libro de condolencias junto a una obra pintada por Isabel, artista con problemas de salud mental que pertenece a una asociación de bellas artes.

Los homenajes previstos para 2026

Antes de la tragedia, la corporación municipal había aprobado una serie de reconocimientos en honor a su hijo predilecto:

  • Nombrar una avenida como Avenida Roberto Iniesta Ojea, Robe, músico, poeta y alma de Extremoduro.
  • Instalar una placa con un fragmento de sus letras, que incluye la frase “Era de Plasencia, me parece que decía”.
  • Inaugurar un centro de ensayo para grupos locales que llevará su nombre.
  • Colgar un mural realizado por uno de los graffiteros más destacados de la zona.

El pasado noviembre, los concejales, incluido el grupo Vox, votaron a favor de estas iniciativas, que debían formalizarse en la primavera de 2026. Con la muerte de Robe, dichos proyectos se han pospuesto indefinidamente.

En la Plaza Mayor de Plasencia ondeaban tres banderas a media asta y los vecinos, bajo la lluvia, se congregaron para rendirle tributo. La pérdida de una figura tan influyente para una ciudad de 45.000 habitantes dejó a la comunidad desconcertada y en silencio.

Robe, nacido en Plasencia hace 63 años, mantuvo siempre una relación estrecha con su tierra natal. Sus vecinos recuerdan haberlo visto caminando por sus calles empedradas, disfrutando del río Jerte o incluso lanzándose al icónico charco de la Playa El Benidor. Muchos cuentan anécdotas familiares: los hijos de Robe, Nahún y Karín, son conocidos en el entorno, y sus discos siguen sonando en los hogares de la localidad.

La historia de su vínculo con Plasencia se remonta a 1989, cuando solicitó a sus vecinos 1.000 pesetas para financiar su primer álbum, Rock Transgresivo. Seis años después, el 14 de octubre de 1995, ofreció un concierto inolvidable en la ciudad. La crónica de El Norte de Extremadura describió el escenario “cubierto de estrellas, el cielo lo arropaba”. Ese evento se convirtió, sin intención, en una despedida: una prohibición municipal impidió que el grupo volviera a tocar en Plasencia durante trece años.

El conflicto surgió cuando el regidor José Luis Díaz (PP) anunció la prohibición de conciertos de Extremoduro, Dover y otros grupos, alegando problemas de ruido y seguridad. La prensa nacional, incluido El País, señaló que “al alcalde le asusta el rock”. Dover respondió con una mezcla de humor y protesta, enviando una cesta de fruta y cerveza sin alcohol al regidor. Robe contestó con una carta inspirada en Miguel Hernández, donde declaraba su intención de “ametrallar” con canción y rebeldía cualquier intento de censura.

Tras la llegada al poder de los socialistas en 2004, Robe manifestó que “la ciudad me gusta más ahora”. En 2008, regresó a Plasencia con un concierto antológico el 31 de mayo, en vísperas de las ferias de junio. La lluvia amenazó el evento, pero la pasión del público superó la adversidad, y el cantante, vestido con falda, subió al escenario bajo un cielo que pronto se despejó.

En los últimos años, la relación con la administración local se suavizó. En 2023, el concejal de Juventud Luis Díaz, hijo de José Luis Díaz, anunció una gira solitaria de Robe por su tierra natal, perdonando la multa de 41.000 euros que el Ayuntamiento había impuesto años atrás. El músico, con 56 años, bromeó en una entrevista diciendo que, aunque le habían prometido una calle, él prefería “un palacio”.

La inesperada muerte de Robe Iniesta no solo ha dejado un vacío musical, sino que también ha alterado los planes de homenaje que la ciudad había preparado para 2026. Los vecinos, los artistas y los funcionarios se unen ahora en un luto colectivo, recordando a un hombre que, a su modo, “se fue como los grandes, sin hacer ruido. Era humilde y discreto”.

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