Senderismo en el valle de Benasque para todos los públicos
El valle de Benasque, también conocido como el Valle Escondido, se extiende a lo largo de miles de kilómetros de barrancos, montañas, ríos y bosques, ofreciendo una gran variedad de rutas que cruzan ibones, refugios, cascas y picos. Pequeños pueblos de piedra y teja con iglesias románicas salpican el paisaje, creando un entorno ideal para el senderismo y la exploración de la flora y la fauna de alta montaña.
Rutas destacadas para descubrir el Valle de Benasque
Sendero botánico de las Gorgas de Alba
Esta ruta corta, con pocos kilómetros y escaso desnivel, permite observar la riqueza vegetal del valle: abetos, avellanos, tejos, hayas, acebos, serbales, frambuesos y fresas. Carteles informativos explican las características de especies como la gayuba (uva del oso), cuyas bayas alimentan a la fauna alpina y cuyas hojas en infusión alivian dolencias urinarias, o la Betalaína, cuyas varas se usan para manejar al ganado. A mitad de camino se encuentran las Gorgas del Alba, cascadas donde es posible bañarse si el tiempo lo permite.
De Sahún a Villanova por el bosque
El recorrido parte del pueblo de Sahún (319 habitantes, 1 124 m s. n. m.), situado a orillas del río Ésera. Tras pasar la plaza Mayor y una casita de meras con libros libres, se deja atrás la quesería artesanal El Benasqués y se sigue la senda que cruza fincas y el puente de mera sobre el barranco de Surri. El bosque se vuelve más denso y, tras varios ascensos y descensos, se llega a Villanova (5 km después), un típico pueblo pirenaico con dos iglesias románicas lombardas que reflejan la antigua división del lugar en barrios.
De Chía al refugio de Lavasar e ibón Basa de la Mora
Esta pista de 25 km, accesible en coche o bicicleta según la meteorología, ofrece vistas espectaculares de los valles de Benasque y Bielsa. Desde Chía se avista el Aneto y las Maletas, y a 2 025 m sobre el collado de Sahún el paisaje cambia, mostrando el valle de Chistau. En el camino aparecen los pueblos de Plan, Gistaín y San Juan de Plan. A mitad de ruta se encuentra el refugio de Marretas, con bar, restaurante y una terraza panorámica. La pista continúa por el mirador de La Riba y finaliza en Plan, donde comienza el asfalto. Desde allí se puede acceder al refugio de Lavasar (pago de 5 € por coche) y, a un corto paseo, al ibón Basa de la Mora.
Ruta de las tres cascas desde Cerler
Partiendo del pueblo más alto del Pirineo aragonés, Cerler, la caminata asciende suavemente por bosques hasta la ermita de San Pedro Mártir. Tras cruzar el puente de Viello sobre el barranco de Ardonés, el sendero vuelve a adentrarse en el bosque y se avista la cascada de la Mascara y la del Clotet. La ruta culmina en la imponente casca de El Bom (o Ardonés). Para completar el circuito y llegar a los otros dos saltos, es necesario superar tramos resbaladizos con ayuda de un alambre de seguridad. El regreso se hace por un sendero panorámico con vistas a los macizos de Posets, Perdiguero y Gran Bachimala.
Ruta por el barranco y el ibón de Remuñé
El punto de partida es el parking “Fin de Carretera”, al final de la A‑139. La ruta atraviesa el barranco de Remuñé entre pinos negros, rododendros, frambuesos y serbal de los cazores, cuyas bayas rojas alimentan a las aves de alta montaña en invierno. Se llega a Pleta d’Es Capellans, donde se oyen marmotas y se observa un refugio improvisado formado por dos piedras en forma de triángulo. Continuando, el camino se vuelve rocoso hasta el ibón de Remuñé y, más arriba, el ibonet de Remuñé. La opción más sencilla consiste en subir directamente al ibonet sin cruzar el puente y regresar por el mismo trayecto.
Sendero Llanos del Hospital – La Besurta – Refugio de La Renclusa – Forau de Aigualluts
Entre el 23 de junio y el 11 de septiembre, el tramo de 5 km entre Llanos del Hospital y la Besurta está cerrado al tráfico privado; el acceso se realiza mediante transporte público. Desde el parking de Llanos del Hospital el sendero pasa por pastizales, la cabaña de Plan d’Están (refugio libre) y los ibones del mismo nombre, que en verano se convierten en extensas praderas verdes. Al llegar a la Besurta se encuentra un pequeño chiringuito y la vista de la Maleta. El recorrido puede hacerse circular, pasando por el refugio de La Renclusa, punto de partida para la ascensión al Aneto. Desde allí se asciende hasta el Forau de Aigualluts, rodeándolo y descendiendo por la casca homónima hasta el parking. Desde la Besurta también parte un sendero que lleva a los ibones de Villamuerta.
El Valle de Benasque ofrece aún más rutas, como la que atraviesa la casca de la Espigantosa hasta el refugio de Ángel Orús, la del ibón de Vallibierna, o la del refugio de Armeña con su paisaje lunar, entre otras opciones que invitan a regresar una y otra vez a este rincón privilegiado del Pirineo aragonés.
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