Sara Fantova, la cineasta debutante que encontró poesía y amor en la farra de la Semana Grande de Bilbao

Sara Fantova, una cineasta de 32 años originaria de Bilbao, ha dado el salto al largometraje con “Jone, a veces”, una obra que se estrena este viernes en los cines españoles. La película, ambientada durante la Aste Nagusia, la Semana Grande de Bilbao, sigue a Jone, una joven de 20 años que vive su primer amor mientras su padre, diagnosticado con Parkinson, experimenta un deterioro de su salud.

Fantova, que siempre había soñado con filmar en las celebraciones de su ciudad natal, decidió lanzar el proyecto hace dos veranos. “No pensé mucho en si era un reto”, comenta la directora mientras toma un café en el bar Mrid. “Yo albergaba un deseo enorme de rodar en la Semana Grande y lo preparamos con mucho cuidado. En ningún momento se me pasó por la cabeza que fuera algo demasiado loco”.

Una carrera construida entre estudios y colaboraciones

La trayectoria de Fantova está marcada por una combinación de formación académica y experiencia práctica. Tras descubrir la Escola Superior de Cinema i Audiovisual de Catalunya (ESCAC) gracias a la película de Mar Coll “Tres días con la familia”, se mudó a Barcelona para estudiar. “La ESCAC es excelente porque desde el primer día se rueda, lo que permite comprender de forma orgánica la dirección y crear una verdadera camaradería”, asegura.

Durante sus años de estudio, trabajó como script en varios proyectos, entre ellos la serie “Ama” de Júlia de Paz, la película “Te estoy amando locamente” de Alejandro Marín y “Un lugar común”. En 2018 dirigió el cortometraje “No me despertéis”, y al año siguiente participó en la dirección colectiva de “La filla d’algú”.

Su objetivo con “Jone, a veces” era “dirigir una película que me representase como directora, que contase el contexto del que vengo, que hablase de mi ciudad y del País Vasco”. No buscaba innovar por la innovación, sino explicar a su gente aquello que le importa.

El guion se nutre de los diarios del padre de Fantova, compartidos con las guionistas Nuria Dunjó y Nuria Martín Esteban. “En los diarios no había una gran revelación; mi padre se explicaba a sí mismo, contaba sus miedos y deseos de forma poética”. La relación entre la directora y su progenitor, según la propia Fantova, es “excelente”, y esa cercanía se traslada a la pantalla.

El rodaje se llevó a cabo en el propio barrio de San Francisco, en tiendas locales y en el centro de salud donde trabaja la madre de Fantova, médica de atención primaria. “Dormimos en casa de mis padres, nos despertábamos con un zumo en la mano y filmábamos entre la gente de la fiesta. Así el público se siente cercano a lo que ve”, relata.

Para garantizar la seguridad del elenco y del público, el equipo creó un “colchón humano” alrededor de los intérpretes, con la producción en el círculo interior y las amigas de la directora formando un segundo anillo. “Todo era muy real; solo una vez nos molestó un borracho”.

Fantova reconoce que el casting no fue del todo inclusivo: “Las chicas del reparto son muy perfectas, salieron del casting, cogimos a las que mejor lo hacían. Ahora me planteo el reto de buscar a gente que no se presenta a pruebas”.

En cuanto a la representación LGTBI+, la directora destaca que “Jone, a veces” no surge de la militancia, sino de una historia de amor auténtica. “Ver una sala llena de mujeres lesbianas es una fantasía; me siento arropada por el colectivo al que pertenezco y es importante que haya películas con protagonistas lesbianas donde el conflicto no sea su sexualidad”.

La relación con su mentora Mar Coll sigue vigente. “Mar y yo nos conocimos en clase, coincidimos en la serie ‘Esto no es Suecia’ y trabajé como script en su última película ‘Salve María’. Desde sus cortos en la escuela, Sara mostraba una sorprendente capacidad para capturar la vida de forma franca y sensible. Sus películas tienen, como ella, un enorme corazón”.

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