Trump aprueba un rescate de 12.000 millones de dólares para los agricultores golpeados por los aranceles

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la intención de destinar 12.000 millones de dólares (aproximadamente 10.300 millones de euros) en ayudas para los agricultores y ganaderos que se encuentran en situación de dificultad, según informó The Washington Post. El paquete constituye un mecanismo de rescate dirigido a los productos agrícolas y ganaderos más afectados por la política arancelaria adoptada por la administración.

En una reunión celebrada este lunes, Trump se reunió con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, para definir los pormenores del plan. El mandatario culpó a la administración anterior, liderada por Joe Biden, de la crisis que atraviesa el sector.
Detalles del programa de ayuda
El grueso de los recursos, unos 11.000 millones de dólares, se canalizará a través de un nuevo programa de asistencia del Departamento de Agricultura (USDA). La ayuda se destinará a productores de maíz, algodón, sorgo, soja, arroz, ganado, trigo y papas. Los 1.000 millones restantes se asignarán a productos básicos que no están cubiertos por el programa principal.
Rollins señaló que el sector agrícola enfrenta una crisis sin precedentes, agravada por el aumento de los costos de fertilizantes, semillas y maquinaria. Añadió que los agricultores deberían recibir la primera ayuda antes de finales de febrero del próximo año.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Anna Kelly, comentó: “El anuncio de hoy refleja el compromiso del presidente de apoyar a nuestros agricultores, quienes contarán con los recursos necesarios para superar la brecha entre las políticas fallidas de la administración anterior y los éxitos de las medidas actuales”.
Los productores estadounidenses consideran que la medida alivia la situación de forma temporal, pero no es suficiente para revertir la crisis estructural del campo. “Esto es como una curita: necesitamos más mercados que ayuda”, afirmó Marty Richardson, agricultor de Misuri, en declaraciones a Bloomberg. Richardson añadió que el 2026 podría resultar tan difícil como el año en curso, ya que los agricultores ya están comprando semillas y fertilizantes para la próxima temporada.
La medida deberá ser aprobada por el Congreso, aunque se anticipa poca resistencia debido a la presión de los agricultores sobre ambos partidos.
La crisis del sector agrícola en el Medio Oeste se intensificó tras la imposición de aranceles que ahuyentaron a los compradores chinos del mercado de soja estadounidense. Pekín, que hasta entonces era el principal cliente, dejó de adquirir gran parte de la producción, provocando una caída drástica de los precios. Aproximadamente doscientas grandes explotaciones han reportado dificultades financieras por este motivo.
“No creo que ninguno de nosotros sea un gran partidario de los subsidios federales”, declaró Jennie Schmidt, productora de maíz y soja en Maryland, a Bloomberg. “Nuestro mayor desafío es que los precios de las materias primas bajan mientras los costos de los insumos suben, lo que nos deja sin socios comerciales”.
En el contexto político, tras las recientes elecciones locales en Nueva York, donde ganó el candidato socialista Zohran Mamdani, y las victorias demócratas en Virginia y Nueva Jersey, la Casa Blanca buscó recuperar la iniciativa en materia de costo de vida. Se anunciaron rebajas arancelarias a la carne de ternera de Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos, así como a productos alimenticios como café, frutas y verduras.
Los ganaderos, ya afectados por la caída de los precios de la carne bovina debido a la sequía y a los estrechos márgenes de los cuatro grandes conglomerados (Tyson, JBS, Cargill y National Beef), vieron agravada su situación con la entrada de carne argentina al mercado estadounidense.
El apoyo de Trump al presidente argentino Javier Milei, que incluyó un rescate financiero y la exención arancelaria de la carne de ese país, se presentó como un gesto para reforzar el tradicional apoyo electoral de los republicanos al sector ganadero.
En síntesis, el nuevo programa de ayudas reconoce implícitamente las graves consecuencias de la política comercial agresiva implementada por la administración y busca mitigar su impacto en la agricultura y la ganadería estadounidenses.

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