¿Qué gana y qué pierde RTVE al salir de Eurovisión?
España no competirá en Eurovisión 2026, la primera vez que se retira del concurso desde su debut en 1961. La decisión de RTVE responde a la postura del organismo en contra de la participación de Israel, lo que ha llevado a la retirada del certamen pese a los posibles costos y beneficios de seguir presente.

Impacto económico y de audiencia
Según la información proporcionada por RTVE, la ausencia en Eurovisión 2026 permitirá un ahorro estimado entre 550.000 y 750.000 euros anuales. Para contextualizar, el presupuesto destinado a la participación en ediciones anteriores fue el siguiente:
- Canal + 3 (SloMo, 2022): 668.793 €
- Blanca Paloma (2023): 810.978 €
- Nebulossa (2024): 595.262 €
- Melody (2025): 964.000 €
De esos importes, una parte significativa proviene de la cuota anual que RTVE paga a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) por la participación y la emisión del concurso, aproximadamente 350.000 €, que este año quedará sin abonar. Otro componente son los costes de recursos externos (traslados, vestuario, puesta en escena, etc.) necesarios para presentar la canción ganadora del Benidorm Fest, preselección oficial de España.
La tercera partida, correspondiente a recursos internos vinculados al Benidorm Fest, no se prevé que se reduzca, ya que el festival continuará su quinta edición del 10 al 14 de febrero de 2026 y su futuro está “garantizado”, según fuentes de RTVE y de la Generalitat Valenciana.
En términos de audiencia, la retirada supone una pérdida importante. La final de Eurovisión suele ser la emisión no deportiva con mayor audiencia del año en los canales de Televisión Española. En la edición anterior, celebrada en Basilea, la gala alcanzó una media de 5,884 millones de espectadores y una cuota del 50,1 % de pantalla, con 13,6 millones de personas sintonizando al menos un minuto del programa.
El impacto demográfico también es notable: el 69,6 % de los televidentes de 13 a 24 años sintonizó La 1 durante la final de Melody, cifra comparable a la de los grupos de 4 a 12 años (68 %) y de 25 a 44 años (67,8 %). En el entorno digital, más de dos millones de usuarios visitaron contenidos relacionados con Eurovisión 2025 en la web de RTVE y en RTVE Play, y los hashtags #EurovisiónRTVE y #Eurovisión2025 generaron un alcance de 543 millones de usuarios.
Conchi Cascajosa, ex presidenta interina de RTVE (2024) y principal impulsora de la decisión, defendió la medida señalando que “dentro del país la simpatía hacia Palestina refuerza la conexión de RTVE con la realidad social”. Sin embargo, advirtió que “externamente la reputación de la cadena se verá afectada, pues la estrategia no ha conseguido expulsar a Israel del concurso”.
En cuanto a Eurovisión Junior, RTVE confirmó su participación en la edición 2025, que se celebrará el 13 de diciembre en Tiflis (Georgia). La continuidad para 2026 sigue sin decidirse, ya que la entidad deberá sopesar si mantiene su postura de protesta contra Israel —que no compite en la versión junior desde 2018— o conserva su presencia en el festival infantil.
Otro punto relevante es la posición de España dentro de la UER. Desde junio de 2025, Ana María Bordás, directora de RTVE, ocupa la presidencia del Grupo de Referencia, el comité ejecutivo que supervisa Eurovisión y Eurovisión Junior. Esta es la primera vez que España lidera dicho órgano. Sin embargo, diversas fuentes anticipan su dimisión si RTVE decide abandonar también el certamen junior en 2026.

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