Descubre la canción que todos están tarareando sin saberlo
En los últimos años se ha observado una tendencia creciente en la esfera política española: la adopción de un discurso feminista de forma superficial, mientras persisten actitudes y conductas que contradicen esos principios. La metáfora de “tararear la musiquita sin conocer la letra” se ha convertido en una forma de describir cómo muchos representantes utilizan términos de igualdad de género sin interiorizarlos ni aplicarlos en la práctica.

Un caso que ha puesto de relieve esta disonancia es el del político Salazar, quien fue presentado como el tercer candidato a la mano derecha del presidente dentro de su partido. A pesar de la imagen de “guapa y preparada” que la campaña intentó proyectar, surgieron denuncias de acoso sexual hacia jóvenes mujeres que integraban su entorno. La polémica no solo reveló un posible abuso de poder, sino también la facilidad con la que la retórica feminista puede ser instrumentalizada para encubrir conductas inaceptables.
El doble discurso de los partidos
El fenómeno no se limita a una única formación. Tanto en la derecha como en la izquierda, los líderes han recurrido a fórmulas como “valencianos y valencianas” o al uso ocasional de la palabra “patriarcado” para demostrar su compromiso con la igualdad, sin que ello se traduzca en medidas efectivas contra el acoso o la discriminación. Comentarios de figuras como Alberto Núñez Feijóo, que ha señalado que “los guarros no entienden de siglas sino de poder”, ilustran la percepción de que la defensa de los derechos de la mujer a veces se reduce a un discurso vacío, mientras se perpetúan prácticas que vulneran esos mismos derechos.
Esta falta de coherencia se refleja también en la forma en que los partidos gestionan los casos de acoso. En ocasiones, la respuesta institucional se limita a declaraciones públicas que resaltan el compromiso con el feminismo, sin abordar directamente la conducta del agresor ni garantizar la protección de las víctimas. La costumbre de priorizar la lealtad al liderazgo sobre la defensa de las mujeres dentro de las estructuras partidarias sigue siendo un obstáculo para la consolidación de un entorno realmente igualitario.
La poetisa Raquel Vázquez, reciente galardonada con el Premio Loewe, sintetiza esta realidad en su poema, que muestra la cronología de microagresiones y silenciados cotidianos en el ámbito laboral:
- 9.48 – Una mirada sobre las piernas, los ojos se bajan al suelo.
- 10.23 – Se corrige un error del compañero que percibe un salario mayor.
- 15.14 – Se obliga a sonreír ante el chiste sin gracia del jefe.
- 19.40 – Un halago lascivo contamina el aire; la respuesta es girar y apresurarse a caminar.
El poema pone de manifiesto cómo, en el día a día, las mujeres deben navegar entre miradas objetivizantes, desigualdades salariales, expectativas de complacencia y comentarios sexistas, todo ello sin recibir una respuesta estructural por parte de sus organizaciones.
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