Airbus intenta evitar un abismo como el de Boeing con la crisis de su avión estrella A320
El presidente ejecutivo de Airbus, Guillaume Faury, tuvo que disculparse públicamente la semana pasada en la red profesional LinkedIn tras una serie de incidentes que han sacudido a la compañía después de varios años de aparente tranquilidad. El modelo A320, uno de los aviones más vendidos del mundo con alrededor de 11.300 unidades en servicio, ha mostrado fallos en el sistema de control de vuelo, un asunto que ha generado preocupación tanto en la empresa como en los reguladores de seguridad aérea.

Fallos en el sistema ELAC del A320
El problema se detectó por primera vez a finales de octubre, cuando un A320 operado por JetBlue tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Tampa (Florida) después de que el sistema ELAC (Elevator and Aileron Computer) presentara un comportamiento anómalo. El piloto informó de un breve descenso inesperado, atribuido posteriormente a una interferencia solar intensa que habría dañado el software del componente.
Como respuesta, el 28 de noviembre la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió una orden de inspección y sustitución urgente del ELAC para 6 000 unidades de la familia A320, que incluye los modelos A319, A320, A321 y sus variantes. La medida afectó a aerolíneas europeas como Iberia, Vueling, Volotea, British Airways, Lufthansa, Air France, ITA, Aer Lingus, TAP y EasyJet, así como a compañías americanas como LATAM, Avianca, Delta, United y American Airlines, que ya había retirado 340 de sus 480 aviones A320 para el ajuste.
El regulador europeo advirtió que el fallo “puede provocar un movimiento no controlado del timón de profundidad que exceda la capacidad estructural de la aeronave”. Airbus, por su parte, informó que el problema de seguridad del ELAC está prácticamente resuelto: todos los aviones han recibido la actualización de software y pueden volar, salvo aquellos que se encuentran en almacén o en mantenimiento intensivo, los cuales deberán actualizarse antes de volver a operar.
El sindicato español de pilotos SEPLA subrayó la gravedad del incidente. El piloto Roberto Castelo, con más de 2 500 horas en el A320, explicó que el ELAC “es el procesador que traduce las órdenes del piloto o del piloto automático en movimientos de los alerones y elevadores. Un error en la señal enviada a los elevadores podría hacer que el avión descienda inesperadamente, lo que a baja altitud puede ser catastrófico”.
El mercado reaccionó de forma inmediata: desde la apertura del lunes 1 de diciembre, el valor de Airbus en bolsa ha perdido 3,160 mil millones de euros, con una caída máxima de 9,400 mil millones. A pesar de la rápida respuesta, la compañía busca evitar cualquier sombra de incertidumbre que pueda afectar su reputación.
En paralelo, Airbus recibió otro golpe el mismo día. Se identificó un defecto en los paneles del fuselaje de aviones que aún estaban en fase de entrega. La empresa atribuye la anomalía a problemas de calidad de los proveedores, señalando especialmente a la empresa sevillana Sofitec. Un total de 628 unidades fueron inspeccionadas mediante escáneres, detectándose variaciones en el espesor del material que, en algunos casos, superaba los límites especificados y en otros quedaba por debajo.
Según el portavoz de Airbus, la compañía había detectado el posible fallo en verano y, tras un análisis exhaustivo, ha corregido la causa en sus líneas de producción. “Todos los paneles de nueva producción cumplen ahora con los requisitos”, aseguró, añadiendo que “se trata de un asunto que no compromete la calidad ni la seguridad del avión”.
El impacto de estos problemas se traduce en una reducción de la capacidad de entrega de aviones para este año: Airbus estima que podrá entregar 790 unidades, frente a los 820 previstos antes del incidente del fuselaje. No obstante, la dirección de la compañía mantiene sus proyecciones financieras para el ejercicio, con un EBIT de alrededor de 7 mil millones de euros y un flujo de caja libre antes de financiamiento de 4,5 mil millones de euros.
El A320 sigue siendo el buque insignia de Airbus: al cierre del tercer trimestre, 392 de las 507 unidades entregadas en ese período pertenecían a esta familia, mientras que el resto se reparte entre el A220 (62 unidades), el A330 (20) y el A350 (33). Incluso el avión utilizado por el Papa, operado por ITA, tuvo que recibir una actualización de software de emergencia en Estambul.
En el contexto de la competencia, el A320 se enfrenta al Boeing 737 MAX, que también ha sufrido serios contratiempos. Los dos accidentes mortales del MAX en 2018 y 2019 provocaron la paralización de su producción y una profunda revisión de sus sistemas. A pesar de los esfuerzos de Boeing para recuperarse, la compañía sigue afrontando pérdidas operativas, principalmente derivadas de demoras en el programa 777X, cuyo primer vuelo está ahora previsto para 2027.
Mientras Boeing registra un resultado operativo negativo de 4,496 mil millones de dólares a septiembre, Airbus reportó un beneficio operativo de 3,365 mil millones de euros en el mismo periodo, reflejando una mejora del 25 % respecto al año anterior.

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