Crisis porcina: el precio que arruina a los granjeros y su producción

El pasado 27 de noviembre España notificó la pérdida del estatus de país libre de peste porcina africana (PPA), una enfermedad que no se había detectado en el territorio desde 1994. Hasta el momento se han confirmado 13 jabalíes infectados, todos ellos en el parque natural de Collserola, dentro de la zona de influencia del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA‑CReSA). Las investigaciones del SEPRONA y los Mossos d'Esquadra se centran en determinar si el virus provino del propio laboratorio del IRTA‑CReSA o de un residuo contaminado abandonado por un conductor en la autopista AP‑7.

Independientemente de su origen, la presencia del virus –que por ahora afecta solo a la fauna silvestre– ha provocado una caída del precio de la carne de cerdo español y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del modelo de producción intensiva que domina la ganadería del país.

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Repercusión en el sector porcino español

España es el principal productor de cerdos de la Unión Europea y el tercer a nivel mundial. En 2024 el sector facturó unos 25.000 millones de euros, generó más de 415.000 empleos y produjo cerca de cinco millones de toneladas de carne, embutidos y jamones. En todo el territorio existen más de 67.500 explotaciones porcinas que sacrifican anualmente más de 56 millones de cerdos, concentradas principalmente en zonas despobladas de Lleida, Huesca, Zaragoza, la comarca barcelonesa de Osona, Segovia, Salamanca y Cuenca.

Testimonios del campo y la academia

Oriol Rovira, propietario de una explotación familiar en Oristà (Barcelona) que cría 300 cerdas y 8.000 cochinillos al año, explicó que su granja está a 50 kilómetros del foco de infección y se ha visto afectada por la medida de regionalización provincial, que impide exportar la carne a mercados fuera de la UE, como China. «Esta crisis genera mucha incertidumbre. La caída de los precios nos ha llevado a operar por debajo de los costos de producción», señaló.

Pere Castell, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, destacó la dependencia del sector en las exportaciones: «El porcino español depende casi exclusivamente de los mercados exteriores, ya que la carne de vacuno y ovino prácticamente no se exporta». Según Castell, la concentración de la actividad en regiones como Cataluña y Aragón ha hecho a España competitiva, aunque también genera problemas medioambientales como la gestión de los purines.

Gustavo Duch, licenciado en Veterinaria y coordinador de la revista *Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas*, criticó el modelo de monocultivo: «Desde una perspectiva capitalista, concentrar toda la producción en una sola actividad la hace extremadamente vulnerable. Además, alimentar a millones de cerdos depende de piensos elaborados con maíz y soja importados, lo que impacta negativamente en ecosistemas como el amazónico y desplaza a comunidades locales». Duch también advirtió sobre la contaminación de acuíferos por los purines y la necesidad de diversificar la producción ganadera.

Ricard Parés, profesor del Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona y director de la Asociación Catalana de Productores de Porcino (Porcat), defendió el sistema de macrogranjas: «El éxito del porcino español se debe a la normativa estricta y a la capacidad del mercado para absorber la producción. Esta crisis, lejos de debilitar el sector, acelerará la concentración, pues solo los grandes productores podrán soportar una posible prolongación de la peste».

Ignasi Pons, secretario general de la Federación Empresarial de Carnes e Industrias Cárnicas (FECIC), señaló que el predominio del monocultivo responde a tres factores –tradición familiar, mercado libre y rentabilidad– y expresó optimismo al afirmar que la expansión del virus se mantiene bajo control y que la situación se superará.

Rossend Saltiveri, ganadero de Ivars d’Urgell (Lleida) y responsable del sector porcino del sindicato agrario Unió de Pagesos, resaltó la lógica económica del cerdo frente a otras especies: «Los cerdos son más baratos de criar que vacas o ovinos y su consumo está extendido mundialmente. La infraestructura y la demanda generadas en España hacen improbable que la crisis cambie radicalmente este modelo».

El Ministerio de Agricultura ha abierto una investigación para determinar si el brote de PPA en Collserola escapó de un laboratorio. Paralelamente, la Generalitat ha acordado, junto a los ganaderos, el sacrificio de 30.000 cerdos sanos en la zona afectada como medida de contención.

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