El exitoso plan de Bilbao para salvar su última paragüería y otros pequeños comercios

Lourdes Leoz gestiona la última tienda de paraguas del Casco Viejo de Bilbao, una pequeña parroquía que también funciona como taller de reparación y confección. “Cada vez más personas con conciencia sostenible prefieren arreglar su paraguas antes de comprar uno nuevo”, comenta la bilbaína, quien ha visto aumentar la clientela en un negocio sin competencia directa. Sin embargo, la disminución de los días de lluvia está empezando a afectar sus ingresos.

Leoz asegura que en los últimos veinte años su facturación ha caído un 25 %: “Llueve menos, la gente abre menos el paraguas y, por lo tanto, se estropean menos”. Con 44 años, lleva al frente el negocio familiar que ya representa a la tercera generación. Tras acogerse a la jubilación activa, sigue trabajando sin haber recibido ninguna formación profesional formal: “Me lo enseñaron mi padre y mi abuelo; aquí continúo, por cariño y porque me entretiene”.

Servicios y precios

Los arreglos más habituales son la sustitución de varillas rotas por rachas de viento y el reemplazo de conteras, que a menudo se dañan por el “vicio” de los caballeros de usar el paraguas como bastón. También se reparan o cambian las telas. El coste de cualquier reparación oscila entre 10 y 20 €, y Leoz advierte que “hay que valorar si vale la pena, porque hoy en día se pueden encontrar paraguas similares por esos precios en los grandes almacenes”. Según ella, un buen paraguas debe costar al menos 30 €, aunque algunos modelos de su tienda superan los 100 €, a los que llama “paraguas de domingo”.

El futuro del negocio está en duda porque sus dos hijos no desean continuar la actividad y aún no ha encontrado un relevo. Leoz espera poder acudir al programa de traspasos Negozion, que ya ha asistido a 724 comercios y ha facilitado 226 transmisiones exitosas.

Este programa, impulsado por la Diputación Foral de Bizkaia, conecta a propietarios que desean ceder su negocio con emprendedores interesados. “No es solo un traspaso de la tienda; se transfiere todo el conocimiento acumulado durante años”, explica Teresa Laespa, responsable del proyecto. Entre los conocimientos transmitidos están los contactos con proveedores, la base de clientela y los puntos fuertes y débiles del negocio.

Los datos del programa indican una alta presencia de personas de origen extranjero asumiendo la dirección de los comercios. “Los migrantes son grandes emprendedores y esta iniciativa les permite acceder a los negocios en igualdad de condiciones”, señala Laespa. Los traspasos se concentran en comercios minoristas, seguidos de hostelería, tiendas de alimentación y transporte. En seis de cada diez casos la transmisión responde a la jubilación; el resto se debe a cambios vitales o estratégicos.

Un caso ilustrativo es el de Camino Machagatos, nueva propietaria de una tienda gourmet en Getxo. A diferencia de Leoz, Machagatos ya ha realizado el traspaso y cuenta con el apoyo de los anteriores dueños, Luis y Vicente. “Mi mayor reto es mantener las ventas que tenía el local antes del traspaso y, después, hacerlo crecer”, afirma. Ha ampliado la oferta incorporando quesos, conservas y productos locales sin perder la identidad original del negocio.

Negozion funciona mediante una plataforma web donde se visualiza, en un mapa, los comercios disponibles para traspasar. La mayor parte se encuentran en Bilbao (40 %), aunque hay opciones en toda la provincia. Cuando comprador y vendedor llegan a un acuerdo, la Diputación concede una ayuda de hasta 20 000 € para cubrir los primeros gastos del nuevo propietario. Los valores de los traspasos varían desde 5 000 € (una peluquería) hasta 200 000 € (una ferretería y suministro industrial).

El proyecto nació ante la escasez de relevo en negocios familiares, cuyos hijos optan por otras profesiones. “Vimos que zapaterías, talleres y microempresas cerraban en determinados municipios mientras, al mismo tiempo, surgían otros similares en pueblos vecinos. Entendimos que esos negocios podían ser transmitidos”, recuerda Laespa.

Para la Diputación Foral, mantener los comercios de proximidad es esencial para la vitalidad de los barrios y las ciudades. “Los locales cerrados no generan competitividad ni tejido social. Para que surjan grandes empresas es necesaria una red de pequeños negocios; ellos concentran el 85 % del empleo y proveen el bienestar cotidiano”. El objetivo ahora es ampliar el alcance del programa y asegurar que casos como el de Lourdes Leoz no supongan la pérdida de saberes, habilidades y tradiciones que forman parte del patrimonio comercial de Bilbao.

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