La pelea bipartidista acapara el Día de la Constitución

El Congreso de los Diputados celebró el Día de la Constitución con la tradicional ceremonia institucional, aunque el tono de la jornada estuvo marcado por la profunda polarización política. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió el acto con un discurso en el que calificó el momento actual como “uno de los mejores de nuestra historia democrática”. Pocos minutos después, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, criticó duramente al Ejecutivo, señalando que “este es el Gobierno que más ha atacado la Constitución”. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por su parte, describió los últimos meses como “uno de los peores episodios de nuestra historia”, acusando al Gobierno de una “ruptura sin frenos”.

La ceremonia, que se desarrolló en el patio del Congreso, contó con la presencia de los principales representantes políticos, salvo la ausencia del Rey. Vox, que se autodefine como “defensor de la Constitución”, optó por boicotear el acto, al igual que los partidos soberanistas. En el bloque de la derecha, la participación quedó limitada al Partido Popular, con Feijóo y los presidentes autonómicos del PP. En el bloque de la izquierda, además del PSOE, asistieron los ministros de Sumar y un representante de Podemos, Javier Sánchez Serna.
Principales intervenciones
Francina Armengol, presidenta del Congreso, recordó los hitos legislativos recientes, como la reforma constitucional que sustituye la palabra “disminuidos” por “personas con discapacidad”, la nueva normativa contra la violencia de género y la ley para la atención de la ELA. En su alocución subrayó la necesidad de “ser un paradigma de diálogo y un espacio de acuerdo del que la sociedad se sienta orgullosa”.
Juanfran Pérez Llorca, presidente de la Comunidad Valenciana, tomó la palabra antes del discurso solemne y lanzó un mensaje conciliador: “La gente está cansada de la crispación y de la falta de entendimiento”.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, utilizó su intervención para criticar la gestión del Gobierno en el caso del hospital de Torrejón, describiendo el escándalo como una “rencilla entre directivos”. También negó que la sede actual del Ejecutivo madrileño haya sido “el principal centro de torturas” durante el franquismo.
Alberto Núñez Feijóo acusó al ejecutivo de Sánchez de “atacar la Constitución” y se proyectó como el futuro presidente que “devolverá la convivencia a España”. Añadió que en 2028, al cumplir 50 años de la Carta Magna, liderará un “Gobierno constitucionalista” que restituirá el texto constitucional.
Pedro Sánchez respondió a los ataques de la oposición con ironía, calificando a sus críticos como “profetas del desastre” y recordando que el artículo 43 de la Constitución garantiza la protección del derecho a la salud.
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y portavoz de Sumar, citó el artículo 47, que reconoce el derecho a la vivienda, y pidió un “replanteamiento sereno de la Constitución” para impulsar el desarrollo del modelo social español.
El discurso de Armengol también resaltó el papel de España en la Unión Europea, con la lectura de artículos constitucionales por parte de estudiantes de varios países europeos en vísperas del 40.º aniversario de la adhesión del país a la UE.
Al concluir la ceremonia, los asistentes se dirigieron a la zona de recepción, donde se sirvieron vino y aperitivos. El ambiente en los pasillos siguió reflejando la falta de acercamiento entre los bloques políticos: Sánchez y Feijóo se mantuvieron en sus respectivos grupos de prensa, sin intercambiar saludos.

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