La situación de los incendios mejora pero muy lentamente con 15 fuegos graves en activo

La evolución de los grandes incendios que arrasan el noroeste de España avanza de forma positiva, aunque el avance sea muy lento. Así lo declaró este domingo la directora de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, quien advirtió que, a día de hoy, siguen activos quince incendios graves en el territorio nacional.

Durante la rueda de prensa celebrada tras la reunión del Comité Estatal de Coordinación y Dirección del Sistema Nacional de Protección Civil (CEDOD), Barcones recordó que la previsión de vientos del sur aumenta el riesgo de reavivamiento de las llamas. No obstante, señaló que el descenso paulatino, aunque constante, de las temperaturas, sobre todo durante la noche, podría favorecer una mejora de la crisis. En cualquier caso, instó a no bajar la guardia, ya que en algunas áreas el riesgo sigue siendo alto o extremo.

Incendios destacados y su impacto en la población

El sábado por la noche se produjo el salto del incendio de Porto, que se propagó desde Zamora a León, poniendo en peligro a más de 300 habitantes de la localidad de La Baña, quienes tuvieron que ser evacuados. El domingo por la tarde, el incendio de Garaño, también en León, amenazó a nueve poblaciones, obligando a evacuar a sus residentes. Estas localidades son pequeñas; Viñayo, la más poblada, cuenta con apenas 80 habitantes.

En Castilla y León se registran diez incendios graves. En Asturias continúan activos tres focos: en Degaña, Cangas del Narcea y Somiedo, que ya han consumido más de 6 000 hectáreas. El presidente del Principado, Adrián Barbón, reconoció este domingo que “no están siendo días fáciles” y señaló la necesidad de delimitar correctamente las zonas quemadas. “Estamos conteniendo la situación a la espera de que cambie el entorno climático – una caída de temperaturas y mayor humedad, con viento del norte o lluvia – para poder atacar estos frentes”, añadió.

En Galicia, la provincia de Ourense sigue siendo la más castigada por el fuego. Según el diario regional *La Región*, tras dos semanas de incendios incontrolados se han quemado aproximadamente 90 000 hectáreas, equivalentes al 15 % del bosque de la provincia. Este domingo permanecían sin control dos grandes incendios: el de Carballeda de Valdeorras, que ya ha consumido 4 000 hectáreas, y el de Chandrexa de Queixa, con más de 30 000 hectáreas arrasadas. Las imágenes del incendio de Carballeda del sábado por la noche mostraban el monte cubierto por una densa corona de llamas.

Aun así, Ourense comienza a respirar. El mastodóntico incendio de Larouco, que había devorado 44 000 hectáreas y era el más devastador de la historia de Galicia, se encuentra estabilizado, al igual que el incendio de Oímbra, que superó las 28 000 hectáreas.

Recorrer el extremo sureste de la provincia sin encontrar extensas áreas carbonizadas resulta imposible. En ocasiones, los viñedos y las huertas han servido de cortafuegos; en otras, no han sido suficientes. Además, el fuego ha dejado secuelas en la población: en Verín (13 000 habitantes) se han colocado botes de agua para ayudar a vecinos que lo han perdido todo. En los pueblos se duerme con la precaución de posibles reactivaciones, es decir, la reanudación de un incendio que se creía apagado, ya que las raíces de los árboles pueden seguir ardiendo bajo la superficie.

Muchas personas mayores continúan vigilando el monte. El viernes, dos señoras de la localidad de Matamá rompieron a llorar al recordar la noche en que tuvieron que salir corriendo con lo que llevaban al cuello porque las llamas amenazaban sus casas.

Las previsiones indican que un frente lluvioso llegará a la región el miércoles o jueves. Como señaló el presidente asturiano, Adrián Barbón, ese será el momento en que “todo cambie de una vez”.

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